BLOG DE RAFA PARRA SOLER

De vocación, poeta, ensayista y dramaturgo.











jueves, 25 de febrero de 2010

La compasión humana de los dioses


Los dioses se compadecen de nuestra naturaleza débil y vulnerable, y nosotros estamos a su merced y dependemos de su estado de ánimo. Si ellos están alegres, seguramente nos favorecerán. Pero, si están enfadados, es muy probable que nos pongan obstáculos en aquello que pretendamos conseguir. Es muy posible que, poniéndonos en lo peor, decidan acabar con nuestras insignificantes vidas.


El término medio es ese: la compasión. Cuando los dioses sienten compasión por los hombres, los hombres sienten tristeza en sus corazones. Aquellos no están alegres, pero tampoco, enfadados; y nosotros no nos sentimos alegres porque tenemos la adversidad de cara, pero tampoco estamos muertos.


Ese es el mensaje que tal vez pretendió transmitir Luis Cernuda en su Himno a la Tristeza, cuyo último verso da título a esta entrada.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Lágrimas de relectura


Anoche terminé mi tercera lectura de El árbol de la ciencia, de Pío Baroja. Y las lágrimas me acompañaron. Algo bastante lógico teniendo en cuenta la tragedia del desenlace: el niño que esperaban Andrés Hurtado y Lulú nace muerto; a los pocos días, muere ella, y, al día siguiente, el protagonista decide quitarse la vida ingiriendo una sobredosis de medicamentos.


Siendo, como es, tan triste el final de la novela de Pío Baroja, nunca me había afectado tanto como en esta ocasión. Supongo que el motivo de la novedad de mi reacción se debe a que mis circunstancias de ahora son distintas de las otras veces en las que me había enfrascado en esta lectura: ahora estoy con una mujer de la que estoy enamorado, que lo es todo en mi vida. Creo que lo que me pasó anoche es que me vi a mí mismo como Andrés Hurtado, y a Laura, como a Lulú. Eso pudo ser lo que me hizo traspasar mi condición de lector para llegar a identificarme tanto con los personajes hasta el punto de sentirme yo mismo en la situación de ellos.


Y eso mismo es lo que me lleva a reflexionar sobre la importancia y el poder de las relecturas. Si leer es algo hermoso y trascendente, el acto de releer, es decir, de volver a leer lo mismo otra vez (no importa el tiempo que pase entre una primera lectura y las relecturas sucesivas), eleva esa trascendencia y hermosura a unos niveles de enriquecimiento tan elevados, que convierten a la literatura en un universo infinito de belleza, conocimiento y emociones. Eso es lo que hace que las grandes obras nunca agoten sus significados, porque cada lector es distinto, tiene una personalidad distinta y una forma de vida distinta. Esta cuestión ya fue planteada durante los años 70 del siglo pasado por los estetas de la recepción, aquellos que valoraban la literatura en virtud de los lectores, o sea, desde el punto de vista de la recepción. Y yo creo que no iban muy desencaminados al adoptar esta postura, aunque no, desde luego, hasta el punto de algunos exagerados que llegaron a afirmar que la obra literaria no existe mientras que no haya una persona que la esté leyendo. Lo que está claro es que la riqueza de la literatura la generan los lectores en su mente y en su espíritu, en su manera de ver la vida y de asimilar las expeciencias derivadas de ella. Todos estos elementos se articulan como una plataforma de conexiones con la obra lieraria en la mente del lector, y estas conexiones son las llaves que abren las puertas de todas las dimensiones interpretativas posibles que hacen que una novela, un poema o una obra de teatro puedan ser leídas desde todas las perspectivas que dichas conexiones han sido capaces de generar en el espíritu de los lectores, o en el de cada lector en particular.


Yo he experimentado este proceso con El árbol de la ciencia: mi experiencia de esta lectura se ha visto enriquecida debido a la situación en que me encontraba (en que me encuentro) en estos momentos, que es distinta respecto a la segunda vez que leí el libro, y diferente también de la primera, de la que hará unos diez años. Esto es un ejemplo de cómo los valores de una obra literaria no sólo no se pierden con el tiempo, sino que, por el contrario, aumentan y se multiplican.

lunes, 22 de febrero de 2010

Ataraxia


Soy Andrés Hurtado; soy Antonio Azorín; soy Fernando Ossorio... ¿Qué importa quién sea yo, si, de todas formas, me voy a quedar de brazos cruzados mientras todo se desmorona a mi alrededor?


... Me duele España.

jueves, 18 de febrero de 2010

Toma de decisiones

Las veredas se bifurcan como los senderos de Borges. Y entonces hay que elegir. Y no es fácil. Al menos, no suele serlo, porque elegir implica tomar decisiones, y, cuando uno se decide por algo, deja de lado todo lo demás. Si se es indeciso, la decisión se toma con miedo. Si se está seguro de lo que se hace, la decisión se toma con audacia. El mundo se divide entre los indecisos y los audaces. Yo antes estaba entre los primeros, pero las experiencias de la vida me han hecho madurar y crecer como persona.

Ahora sé lo que quiero. Quiero sacarme la plaza de profesor y quiero que Laura sea la madre de mis hijos.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Siento en mi alma heridas de muerte las palabras

Parafraseando al gran Alberti, mi ilustrísimo tocayo, quiero expresar mi estado físico e intelectual de los últimos días. Después de una temporada de fecunda inspiración, de brillante retentiva, especialmente con los temas de Oposición, me encuentro postrado en un estado de cansancio, espesura y agotamiento mental. Y esto se refleja, evidentemente, en mis hábitos de estudio y lectura. Con los temas, me da la impresión, después del último simulacro de examen realizado en Claustro, de haber desconectado, cuando no es así de ninguna manera, más bien al contrario (teniendo en cuenta el poco tiempo que queda para los exámenes). Y, con las lecturas, la cosa está peor: se me atragantan algunos libros (Locura y muerte de Nadie, de Benjamín Jarnés, obra que he escogido para ampliar el tema de la novela española anterior a la Guerra Civil. ¿Alguien se la ha leído y se ha enterado de algo? Yo, desde luego, no.).

Si bien es cierto que esta clase de altibajos mentales es habitual en mi caso, nunca me acostumbro, ni quiero acostumbrarme. Ojalá la inspiración, la lucidez, la retentiva, la agilidad mental y, sobre todo, la voracidad lectora, fueran constantes e inacabables, pero no es así. Sólo espero que, cuando llegue la hora del examen, me pille en estado de gracia y me encuentre en las mejores condiciones posibles para hacer un buen ejercicio.

lunes, 15 de febrero de 2010

Hoja en blanco

De nuevo estoy plantado frente al ordenador sin saber qué escribir. En momentos como éste, me pregunto si realmente tengo vocación de escritor. Se supone que escribir es una adicción para los verdaderos escritores. Yo siento adicción por leer. A veces, también por escribir. Pero esto segundo sólo se da de vez en cuando. Yo me conformo con lo primero, que es de lo que más se aprende. Al menos, de lo que más aprendo yo. Además, creo que es peligroso querer situarse a la altura de los mejores sin estar preparado para ello.

Puede que escribir sólo sea adictivo para los escritores profesionales, esos que se dedican a producir best- sellers. Yo no quiero ser de esos. Aunque quisiera, no podría. Me falta talento y aptitudes (imaginación, constancia). A mí me gustaría publicar libros de poemas y ensayos. Incluso, alguna obra de teatro. Pero no pretendo de ninguna manera ponerme a publicar a destajo. Ni puedo ni quiero ganar dinero escribiendo libros. El pan quiero ganármelo dando clases, enseñando a otras personas lo que yo ya sé, sea mucho o poco. No quiero contribuir a que la literatura sea un objeto mercantil. La ley de la oferta y la demanda es el peor invento del ser humano.

martes, 9 de febrero de 2010

Antes de ser ceniza

Las nubes
Aman
Un corazón
Riente
Antes de volar

Entonces nosotros miramos al cielo
Sonriendo también

El viento
Libera la alegría de los campos

Ampara los pétalos de rosa
Mientras las hojas de hierba
Orean la tierra de colores frescos
Resplandeciente todo

Días alegres
Esperan

Mi descanso
Inmediatamente

Vamos a disfrutar
Intensamente
Del viento y de las flores
Antes de ser ceniza

lunes, 8 de febrero de 2010

Sexo será, mas sexo enamorado (A Laura, por nuestros primeros 28 meses juntos)

El sexo enamorado es cuando quieres
a tu novia y le haces el amor
cuando deseas su cuerpo,
que es de ella y no de otra

Es ella quien te quiere y te desea
también a ti
porque eres tú y no es otro
no eres cualquiera
como ella no es cualquiera para ti

Son el cuerpo y el alma juntamente
los que hacen el amor cuando se quieren
los que practican sexo enamorado

Sexo será, mas sexo enamorado
si el sexo y el amor van de la mano

viernes, 5 de febrero de 2010

Tema 67

¿Qué diferencia hay entre realismo mágico y el fenómeno del boom en la novela hispanoamericana contemporánea? ¿Se trata, acaso, del mismo dilema terminológico que existe entre Modernismo y Generación del 98 en el caso de la literatura española?

El realismo mágico es una cuestión básicamente estética, propiamente literaria. El fenómeno del boom, en cambio, pertenece al ámbito de la sociología de la literatura. Atañe, sí, a esta última, pero de forma externa. No trata de la novela en sí, sino de la obra como objeto de consumo, como fenómeno editorial. Se puede decir que el realismo mágico está en la órbita del boom, y que el boom es un producto del realismo mágico (de hecho, es el triunfo de esta corriente narrativa), porque es el desarrollo de este movimiento el que origina una producción de novelas de altísima calidad que no se basa en una tradición autóctona (la narrativa hispanoamericana anterior había sido escasa y mediocre).

El realismo mágico no parte de una tradición literaria propia, pero los asuntos que trata sí son autóctonos. Los autores de este subgénero narrativo alcanzan una visión de su mundo hispanoamericano que trasciende la dicotomía entre lo europeo y lo americano, la civilización y la barbarie. Estos escritores aúnan su formación académica, de carácter occidental, con sus orígenes americanos. Y, desde esa plataforma de sincretismo cultural, alcanzan a descubrir aquello que les es propio y que les otorga su identidad. Acceden a una dimensión en la que se descubren a sí mismos: un ámbito de la estética que les hace ser totalmente originales e innovadores. Y ese resquicio es explotado por ellos con suma brillantez. Tanta, que, desde los años sesenta (La ciudad y los perros, Cien años de soledad...), adquieren un protagonismo casi exclusivo en el panorama novelístico mundial.

El fenómeno del boom, en suma, se debe al realismo mágico, que es el elemento que dota a Hispanoamérica de personalidad literaria propia en el ámbito del género narrativo contemporáneo.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Altazor

Aiiaiaiaiaia
Oiiooiiioiooiio
Freieneneneenneneee
Luna lunático lunita lunar
Familia léxica de familia:
famili-a/ar/ares/
Familia léxica de léxica:
léxic-a/o/ología/ólogo/ológico

Esto son una experimento lingüístico- poemáticos

concordancia= cero
sentido= menos uno
originalidad= diez

¿Qué significa esto
cuál comunica aquello
cuántos expresan lo que tenemos aquí
cuáles transmiten estas palabras................?

Quiero ser funcionario

Qué ganas tengo de ponerme a trabajar y empezar a cotizar, a contribuir al sostenimiento de la economía de mi país y del estado de bienestar. Qué ganas tengo de poder costear las pensiones de los futuros jubilados. Qué ganas tengo de empezar a cobrar mi nómina y pagar mis impuestos, para que haya buenos servicios públicos. Qué ganas tengo de ejercer plenamente mi ciudadanía (en el aspecto político y en el económico). Qué ganas tengo de hacerme funcionario, de vivir del Estado, que es la fase previa de la sociedad comunista. Arriba el Estado. Muera el Capitalismo.