Aunque, realmente, no me puedo quejar: el tiempo se me está pasando volando, visto y no visto. En un par de pestañeos de ojos me voy a encontrar examinándome de la prueba escrita a las once y media de la mañana del domingo 27 de junio en la Escuela Superior de Ingenieros. Y, en unos cuantos pestañeos más, me veo en Sevilla Este, por la mañana o por la tarde, defendiendo mi Programación Didáctica ante un tribunal compuesto por tres mujeres y dos hombres. Y, a poco que sigan pasando los días, me veo con un trabajo para toda la vida o volviendo a echar currículums resignándome a la feroz competencia del mercado laboral.
Afortunadamente, pase lo que pase, sucederá muy pronto.
Eso es lo que importa a estas alturas, peque. Que necesitas un descnaso y relajarte. Necesitas vacaciones. Cambiar de aires y no pensar en nada.
ResponderEliminarEmpolla, empolla y empolla, que dentro de nada estaremos paseando por el Retiro o por la Alhambra.
TQM