El cartero es un personaje sencillo, como sencilla es la poesía de Neruda. El cartero tiene un alma sensible, a flor de vida, de tierra y mar, de terraza y taberna, de cadera y muslo... Su vida, su existencia, su persona y su figura son la encarnación novelística de la inspiración lírica del poeta chileno. Eso es: el cartero es un alter ego de Pablo Neruda, y lo que hace Skármeta es plantear un diálogo de Pablo Neruda consigo mismo. Mario Jiménez representa la vitalidad, la juventud y el amor a las cosas sencillas de la vida. Cuando encuentra ese empleo que le pone en contacto con el ilustre poeta y se encuentran por primera vez, se produce la perfecta fusión entre literatura y vida, entre arte y realidad, a través de la cual todo se contempla desde el prisma de la belleza, de la inocencia y de la autenticidad. Y esta nueva perspectiva abarca todo lo humano: el paisaje, la comida, el sexo, el amor, incluso la política.
La historia termina con la muerte de Neruda y con la paternidad del joven cartero, lo cual constituye una suerte de relevo simbólico en lo poético, en lo humano y en lo familiar. Porque, a estas alturas, Pablo y Mario, poeta y cartero, han traspasado el ámbito laboral de su relación para alcanzar una esfera de emotividad y familiaridad absolutamente conmovedora. El final de la novela, por tanto, es esperanzador: los hombres nacen y mueren, pero la poesía permanece.
¿Hay peli?
ResponderEliminarQuiero peli
Dame peli
;)
tam
Querido sobrinete,sobre esto tengo poco que opinar.Soy un analfabeto integral,un burro con orejeras,un carpetovetónico de primera división.Ya me gustaría tener tu cultura y sensibilidad.
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