Así suena mi interjección preferida: un monosílabo cargado de ternura, que expresa, de forma tan elocuente como entrañable, toda la complicidad y el cariño de una relación amorosa que acaba de cumplir dos años y medio. "¡Jus!", pese a denotar sentimientos de resignación, de contrariedades o de simple desahogo pseudoverbal en un momento dado, encierra, en su silabeo gutural y sibilante, un microcosmos de anécdotas llenas de besos, caricias, miradas, cosquillas, mordiscos y otros gestos de naturaleza más íntima que no voy a detallar.
"Jus" es Laura encarnada en sílaba. Es, también, palabra mágica para invocar un torrente de sentimientos basados en complicidades con aliento de labios firmes y carnosos, en tactos curvadamente tibios, en susurros estrechamente dulces, en voces más sinceras cuanto más íntimamente bajas, que casi no se oyen, porque sólo las escuchamos tú y yo en la cercanía del abrazo, del tacto tiernamente preciso, de la dulzura hecha pálpito único en venas diferentes.
"Jus", pronunciado por tu boca o por la mía, es un pálpito de certezas con final feliz y comienzo infinito: en su brevedad está su eternidad. Tú me lo enseñaste. Vivamos y amémonos. Te lo pide Petrarca, oh, laurel de mi corazón.
lunes, 12 de abril de 2010
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Jus, y no había visto yo esta actualización.
ResponderEliminarAsias peque. Me gusta que te guste todo lo mío, porque a mí me gustas todo tú.
Te quiero mucho.
Cada pareja tiene su propio vocabulario... cada amor tiene su propio idioma, vosotros también habeis encontrado el vuestro. Un abrazo.
ResponderEliminarAcabo de ver el vínculo ;)
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