Tengo que felicitar a Ana Antón Pacheco, la traductora de la edición que yo he manejado (El País: clásicos del siglo XX), por la inconmensurable labor realizada, la cual supongo que habrá constituido un grandísimo reto para ella. Tener que traducir una obra de estas características tiene que ser como copiar un códice medieval: árduo, tedioso y extenuante... O no. Es posible que esta señora sea una entusiasta del escritor norteamericano, que se haya leído su libro varias veces, en el idioma original, por supuesto, y que se lo conozca de memoria, con lo cual la tarea traductora le habrá supuesto una sensación de placer cercana o igual al orgasmo... intelectual, en este caso.
En cualquier caso, señor Faulkner, le felicito por su fama y reconocimiento. Si no recuerdo mal, le concedieron el Premio Nobel allá por los años 40, ¿verdad? Dicen los más entendidos que El ruido y la furia está incluida entre las cien mejores novelas del siglo XX. Pues yo que me alegro, aunque me lo haya hecho usted pasar realmente mal intentando atar cabos al pretender, al hilo de la lectura, ir averiguando quién era quién, quién decía esta frase, qué relación tenía este personaje con este otro (¡llevo doscientas páginas y aún no me he enterado de nada!)...
Que conste que no es mi intención la de disuadir a nadie de embarcarse en esta lectura. Más bien, al contrario: desde esta plataforma, aquí y ahora, lanzo un desafío a mis lectores para que pongan a prueba su inteligencia, su intuición, su madurez lectora y, sobre todo, su paciencia.
Ahí queda eso.
A mí no me llama. Con mi tropencientas mil páginas de Cullen que se me vienen encima voy servida. Pero no me riñas, que sabes que ya llevo 5 libros este verano y que he empezado el 6º y 7º, ¿eh?
ResponderEliminarYo me lo leería para explicártelo, igual que con Pirandello, pero...es que no me llama, por lo que cuentas, no me llama...más adelante, ¿ok?