Ahora le ha tocado sufrir a Portugal por gentileza de Fitch, otra agencia de rating que también se ha hecho famosa últimamente. En esta ocasión, la cosa ha sido más grave, pues le ha costado el puesto al Primer Ministro José Sócrates, cuyo plan de austeridad económica ha sido rechazado por el Parlamento, lo cual le ha llevado a presentar la dimisión.
Afortunadamente, estas empresas dedicadas a desestabilizar a los gobiernos están siendo investigadas por la Audiencia Nacional, acusadas de emitir sus informes basándose en intereses ocultos que remuneran su labor para provocar situaciones favorables a dichos intereses.
Definitivamente, el comunismo ha muerto, pero porque el capitalismo le ha dado una puñalada por la espalda. Y eso es, precisamente, lo que estas empresas se dedican a hacer: espían a fondo las economías de los distintos países para aprenderse todos sus movimientos, sus hábitos y sus costumbres y, cuando más vulnerables se encuentran aquéllas, o sea, en tiempos de crisis, éstas salen de su escondite y se ensañan a puñaladas con su víctima, que queda malherida (cinco millones de parados, reducción del sueldo de los funcionarios, las pensiones, la factura de la electricidad, la crisis energética, los contratos temporales, los 600 euros de salario mínimo...).
Es indignante que sean los mercados los que gobiernen nuestras vidas, y mucho más si se trata de ese tipo de empresas a las que nadie les ha pedido su opinión y que se dedican a emitir informes financieros según les convengan, porque saben que los políticos de turno les van a hacer caso con tal de mantenerse en el poder y no perder votos. Es lo que sucede con gobiernos socialistas como el nuestro, que se dedica a privatizar empresas públicas y a recortar gastos donde y cuando más falta nos hacen.
Te haré un resumen: tú eres el comunista, yo la capitalista.
ResponderEliminar¿Solución? Tengo que desenamorarme de mí y dejar de hacerme regalos (la falda de las estrellitas, la de Mango, me la compré, jus, y no debería).
¿Tengo cura?