Lo más grave, según he leído en los periódicos, ha sido el momento del acto de protesta (¿contra qué?), ocurrido mientras el cura estaba oficiando misa con un grupo de fieles. Esta circunstancia constituye, en mi opinión, un agravante vergonzoso que no hace sino desenmascarar la naturaleza meramente provocativa del mencionado gesto antirreligioso. No entiendo a qué viene irrumpir en medio de una misa para insultar a sus participantes, que no tenían culpa de nada y solo estaban ejerciendo su derecho a la libertad de expresión y reunión. ¿Quiénes son, ahora, los fascistas? Como republicano, igual que no me sentí orgulloso de la quema de conventos, tampoco me enorgullece este tipo de cosas.
Quienes han hecho esto, no se dan cuenta, en su necedad, de que lo único que consiguen, de esta manera, es dar alas al victimismo de esos católicos, desde Ratzinger hasta Rouco Varela, que se creen perseguidos por el laicismo estatal del gobierno socialista, porque haciendo estas cosas les dan la razón.
Demos ejemplo, como ateos y progresistas, de aquello que nos caracteriza: el respeto y la tolerancia. Todo lo que no sea eso, será cultivar la hipocresía y los dobles raseros.
La violencia sólo engendra violencia, hasta ahí de acuerdo. No son formas, hasta ahí de acuerdo. Pero, ¿qué falta hace una capilla en una facultad? Entiendo -medio entiendo- que las haya en los hospitales, porque los fieles pasan muchas horas allí y deben rezar para que sus familiares (o ellos mismos) se salven. Pero en una facultad, ¿para qué se necesita rezar? ¿para aprobar los exámenes? ¿no pueden acudir a una iglesia después de clase? No veo la necesidad por ningún sitio. Si en vez de en la universidad se dirigiese un espacio de mi instituto a la construcción de una capilla o culto religioso de algún tipo me opondría. Trataría -y me costaría mucho- de no insultar a nadie, pero sí me opondría. Un centro laico no consiste sólo en descolgar las cruces de madera de nuestra infancia de cada pared.
ResponderEliminarLa propaganda religiosa para quien profese la religión. Los demás deberíamos tener derecho a quedarnos al margen.
Por mí, que quiten las capillas. Pero sin "burraqueríos" de ningún tipo. Que no creamos en Dios no debería convertirnos en unos bárbaros. La Edad Media -para algunos- ya pasó.
¡Feliz día de la poesía, poeta de mi corazón!
ResponderEliminarTAM