BLOG DE RAFA PARRA SOLER

De vocación, poeta, ensayista y dramaturgo.











miércoles, 22 de septiembre de 2010

Pobres señores ricos

Parece que algunos medios periodísticos de ideología conservadora están en contra de que los ricos paguen más impuestos que la clase media. Y esto, ¿por qué? Pues porque, según La Razón, la subida prevista para el tramo impositivo más alto (desde los 100000 euros anuales de renta), del 43 al 47%, " sólo servirá para reducir el déficit entre un 0,2 y un 0,4%." O sea, que, como va a ser muy poco, mejor los dejamos como están. ¿Para qué van a pagar más los que más tienen, si siempre ha sucedido al revés? Será mejor que paguen los de siempre (asalariados, pensionistas, funcionarios, etc.), que ya están acostumbrados a llegar a fin de mes con el culo al aire. Los ricos pertenecen a otra galaxia: la de los paraísos fiscales y los privilegios de todo tipo. Además, ellos son quienes crean puestos de trabajo con contratos fijos, salarios por encima de los mil euros, horarios de treinta horas semanales, vacaciones pagadas y, por supuesto, Seguridad Social. Llevando a cabo tan ingente e imprescindible labor, ¿encima de todo vamos a hacer que paguen ellos más impuestos? Por favor, no seamos egoístas e insolidarios y estémosles bien agradecidos a los grandes empresarios por todo lo que hacen por nosotros y por el Estado de Bienestar al que tanto respetan y favorecen.

martes, 21 de septiembre de 2010

Tiempo, ¿dónde te metes?

Mi vocación intelectual se ha convertido en un lujo de, de momento, no me estoy pudiendo permitir. Me falta tiempo para casi todo. La tarde parece muy larga, pero dura un suspiro. Yo intento aprovechar al máximo los minutos y las horas, pero el trabajo de lidiar con adolescentes ,yendo de un lado para otro durante todo el día, es agotador. Y esto hace que no me pueda librar de dormir por la tarde durante un buen rato, con lo cual las horas se escapan sin que yo pueda hacer nada para evitarlo.

A esto hay que añadir que vivir solo tiene muchas ventajas, pero, también, inconvenientes, que son aquellos derivados del hecho de tenerse uno que hacer todo solo, lo cual es un motivo más para que el tiempo pase sin poder haberlo gastado de forma satisfactoria.

De modo que, de momento, se acabó el hábito de leer cinco libros a la vez (doy gracias a que soy capaz de leerme uno), y mis proyectos literarios, también aparcados.

¿Hasta cuándo? Supongo que hasta que consiga organizarme del todo, como dice Laura. Hasta entonces, debo tener paciencia y,sobre todo, dar gracias a la vida por haberme regalado un trabajo como éste en unos tiempos tan difíciles.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Que se lo digan a Reinaldo Arenas

Que le digan ahora que Fidel Castro, en un ejercicio de autocrítica que ciertamente le honra, pero que no le exime de culpabilidad, ha reconocido que durante los comienzos de la Revolución cubana se persiguió injustamente a los homosexuales. Que le cuenten al poeta lo arrepentido que está el comandante de las torturas que le hizo sufrir y de las humillaciones y vejaciones que le hizo padecer sólo porque su orientación sexual era distinta. Que se atreva Fidel Castro a pedir perdón por tanto sufrimiento provocado a tantas personas que lo único que querían era que se les dejara vivir en paz.

Reinaldo Arenas fue un escritor homosexual que lleva veinte años muerto, con lo cual no ha podido leer o escuchar las palabras de arrepentimiento del líder cubano sobre la cuestión. La figura humana e intelectual de Arenas constituye un aleccionador ejemplo sobre el fraude manifiesto de una autodenominada revolución que hace muchos años dejó de ser digna de dicha expresión para pasar a convertirse en instrumento retórico y propagandístico encubridor de una dictadura pura y simple.

El autor de El mundo alucinante acogió con esperanza la caída del gobierno de Batista en lo que supuso el primer acto de auténtica soberanía del pueblo cubano, que había perdido su independencia en el siglo XV con la conquista española. Sin embargo, lo que parecía ser el comienzo de una nación independiente, libre de las garras capitalistas de los EEUU y, sobre todo, democrática, terminó siendo, en gran medida por culpa del contexto geopolítico de la Guerra Fría, un satélite de la Unión Soviética, con su régimen de partido único y su carrera armamentística correspondiente (recordemos la crisis de los misiles), y donde la aplicación de los más nobles y puros principios del marxismo (nacionalización de los medios de producción, supresión de las diferencias sociales, etc.) fue sustituida por la doctrina leninista, que hizo de la revolución cubana, como de todas las demás que han sido guiadas por esta doctrina, un fin en sí mismo para perpetuar en el poder a los héroes de Sierra Maestra, en lugar de ser lo que debió ser: un medio para combatir el capitalismo yankie y entregar al pueblo cubano lo que le pertenecía por derecho- la soberanía y las riquezas del país-.

Que Castro venga ahora reconociendo las injusticias que cometió con los homosexuales hace cincuenta años tiene la misma validez que Aznar cuando reconoció que en Irak no había armas de destrucción masiva. Es decir, ninguna, porque el daño ya está hecho y, en ambos casos, es irreparable.