BLOG DE RAFA PARRA SOLER

De vocación, poeta, ensayista y dramaturgo.











jueves, 29 de septiembre de 2011

Bendito Daniel

Mayo del 68 no ha muerto, señor Sarkozy. Al contrario, está más vivo que nunca. Resuena en las protesas de los indignados del 15-m y en las críticas de algunos políticos honrados, de esos de los que pocos quedan, como es el caso de Daniel Cohn Bendit, quien, a diferencia de la mayoría de sus homólogos, emplea su escaño del Parlamento europeo para algo más que cobrar el sueldo y la pensión vitalicia correspondiente.

Daniel Cohn Bendit, es uno de esos pensadores que van por la vida con la verdad por delante y con la conciencia tranquila, porque se dedican a denunciar cada injusticia con la que se van topando allá por donde pasan. Y casi todas estas injusticias están relacionadas con la crisis económica provocada por los mercados financieros. Y uno de los casos de injusticia más graves es el de Grecia, y Cohn Bendit no se calla y dice lo que piensa, que para eso tiene su escaño en el Parlamento europeo como representante de Los Verdes. Y el bendito Daniel no se corta un pelo a la hora de señalar a los culpables de todo esto, que son los dueños, o los cómplices de los dueños del tinglado mercantil y fianciero (Francia, Alemania, etc.), y que son los mismos que negocian sus endeudamientos a intereses del 1%, mientras que ellos mismos exigen a los países más pobres el doble o el triple de intereses, y el poco dinero que les dan o que les prestan no es para financiar el bienestar de esos países ni de sus ciudadanos, sino para que les compren armas y tanques y helicópteros.

La indignación del señor Daniel es muy comprensible, porque es la indignación de todos nosotros. Es la indignación ante el ejercicio más descarado de la hipocresía más vergonzosa e inmoral, fruto de la codicia y de la ley del más fuerte. La Unión Europea es una farsa, igual que la ONU es una farsa. Ambos son inventos del sistema capitalista para favorecer a los intereses capitalistas, que son los mismos intereses de los países que ganaron la segunda guerra mundial.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Dinamarca, Alemania y Francia: la izquierda recupera posiciones

En Dinamarca, con el Bloque Rojo; en Alemania, los socialdemócratas del SPD han ganado las elecciones en Berlín, y el Senado francés ha sido conquistado por los socialistas de Hollande. ¿Será todo esto un indicio de cómo podrían ser los resultados electorales de España el próximo 20 de noviembre? Por desgracia, en nuestro país la situación es inversa, puesto que aquí ya gobiernan los socialistas, o lo que queda de ellos y de la ideología que la crisis financiera mundial les ha obligado a traicionar de manera tan miserable.

En cualquier caso, por el bien de la izquierda, de la socialdemocracia y del Estado de bienestar, nos conviene, sobre todo, que en Dinamarca, a partir de ahora, el Bloque Rojo gobierne con seguridad y firmeza de criterio para manterner el sistema de protección social que tan particular como positivamente ha caracterizado a los países nórdicos desde que terminó la Segunda Guerra Mundial. En Alemania, la señora Merkel, si bien poco a poco va perdiendo cotas de poder, todavía tiene mucho tiempo para seguir adulando a los mercados y expoliando a las economías más débiles de Europa, como es el caso de Grecia. En cuanto a Francia, cabe añadir poco más de lo mismo: la sombra de Sarkozy es alargada, entre otras razones, porque UMP sigue mandando en la Asamblea Nacional.

De modo que alegrémonos, sobre todo, por Dinamarca, si bien la remontada general que está experimentando últimamente la izquierda siempre es una buena noticia. Bienvenido sea todo lo que venga en auxilio de los ciudadanos para contribuir a la contención de la voracidad de los mercados financieros, de los índices bursátiles y de las agencias de riesgo.

El empresario perfecto (segunda parte)

El futuro empresario filántropo se planteó no sólo qué clase de negocio sería más rentable para poder llervar a cabo sus intenciones. También pensó que sería más fácil montar una pequeña o mediana empresa con pocos empleados. Esto facilitaría la labor de beneficencia que el futuro empresario quería poner en práctica. Serían pocos empleados, pero serían felices. Trabajarían por un sueldo digno, tendrían estabilidad para emprender un poyecto vital y tendrían suficiente poder adquisitivo para no privarse de nada y poder permitirse algún capricho costoso de vez en cuando.

Así que, definitivamente, el empresario tomó la decisión de que su negocio sería una PYME. Podría tener a su cargo a unos veinte empleados, y así sería más fácil la labor, ya que exigencia de rentanbilidad ya no seía tan grande, pues no habría tantos trabajadores a los que mantener.

Una vez perfilados los primeros aspectos de su nuevo proyecto, el empresario perfecto pudo volcarse de lleno en el tipo de negocio que más le convendría emprender. Lo primero que pensó fue abrir un restaurante, que sería perfecto para dar trabajo a un grupo de quince o veinte personas. El problema era que al filántropo no le llamaba mucho la atención el mundo de la hostelería. Él prefería algo que estuviera más relacionado con el mundo del arte y la cultura, aunque también era muy consciente de que, en los tiempos que corrían, ese mundo no era muy rentable. Lo que tenía que hacer el futuro empresario era dejar sus preferencias a un lado y ponerse en el lugar de los futuros y potenciales consumidores. Aquí entraban en juego las salvajes arbitrariedades de la ley de la oferta y la demanda. Decidió contratar a un asesor para que le ayudara a tomar la decisión más conveniente. Esa fue la primera gran inversión de su magnánimo proyecto, el primer paso en el camino hacia la justicia social, a la cual el modesto futuro empresario quería contribuir aportando su pequeño granito de arena.

domingo, 25 de septiembre de 2011

El Estado 194

Esa es la aspiración de Palestina: convertirse en el Estado número 194 de la Organización de las Naciones Unidas. La intención del líder de Al Fatah, Mahmud Abbas, radica en hacerse un hueco en el máximo organismo mediador de los conflictos internacionales con el objetivo de, una vez alcanzado el estatus oficial deseado en el seno de la ONU, poder contar con esta plataforma para negociar las condiciones de paz con Israel. A esto se opone el gobierno de los Estados Unidos, y no sabemos si esta postura se debe a las exigencias de Palestina, cuyo planteamiento implica el reconocimiento de las fronteras anteriores a 1967, lo cual a buen seguro acarrerará conflictos diplomáticos, o si se trata de un gesto despectivo más hacia figura institucional de la ONU para terminar de minar la poca autoridad que pueda quedarle a este organismo.

El argumento de Obama se basa en su opinión según la cual la mejor manera de que Israel y Palestina resuelvan sus conflictos es cara a cara y personalmente, sin mediadores de ningún tipo... ¡ni siquiera las Naciones Unidas, que están, precisamente, para encargarse de este tipo de asuntos! Pero Obama no convence, al menos al autor de estas líneas. Para empezar, Palestina no está pidiendo nada a lo que no tenga derecho. Si el Estado de Israel está debidamente reconocido como tal en la ONU desde 1947, ¿por qué no puede estarlo, igualmente, el Estado palestino a partir del año 2011? Es que sería una concesión intolerable, ¿verdad, señores Obama y Netanyahu? Sería otorgarle en la Asamblea General una voz y un voto, una capacidad de decisión, de que se les tenga en cuenta, cuyo valor simbólico equivaldría e, incluso, sobrepasaría, con creces, al hecho de devolverles el espacio, el territorio que se les está negando sobre el mapa desde hace décadas (concretamente, desde 1967).

Y esto, naturalmente, no puede ser. ¿Desde cuándo a los pobres palestinos se les ha concedido algo más allá de, por ejemplo, abrirles el paso de Rafah, en Gaza, para que pudieran circular mínimamente unos cuantos suministros esenciales para el mantenimiento de la población civil? Más aún: ¿desde cuándo está el gobierno de Israel en la obligación de cumplir todas y cada una de las resoluciones del Consejo de Seguridad (por ejemplo, la 242 y la 446, dos de las más importantes) desde que se produjo la ocupación de territorios palestinos durante la Guerra de los Seis Días?

Lo que está claro es que la ONU no es un espacio de equilibrio, de igualdad ni de democracia, ya que los primeros que faltan a estos principios esenciales de funcionamiento son los Estados fundadores, y nos referimos especialmente a aquéllos que más presumen de ser modelos de esa igualdad y democracia que predican mucho pero practican poco, como son los Estados Unidos, que, en la ONU como en todas las esferas de decisión, tienen capacidad de veto y pueden hacer y deshacer cómo, cuándo y donde se les antoje. Y es que los representantes políticos de estos Estados creen que, por haber vencido a los nazis en la Segunda Guerra Mundial, ya tienen derecho a hacer lo que les plazca sin contar con los demás. Pues no son así las cosas, o no deberían serlo.

sábado, 24 de septiembre de 2011

El empresario perfecto (primera parte)

Érase una vez un señor al que le tocó la lotería y tomó la decisión de emplear ese dinero en ayudar a los demás. Para ello, se le ocurrió la idea de montar una empresa en la que todos, tanto jefes como empleados, ganaran lo mismo. Así que fijó los salarios en la cantidad de 1400 euros al mes por una jornada completa de cuarenta horas semanales, con Seguridad Social incluida, así como un mes de vacaciones, dos pagas extraordinarias y, por supuesto, con todos los contratos fijos. Pero para poder llevar a cabo su proyecto, la empresa tendría que dedicarse a un negocio que resultara lo suficientemente rentable para que se generara un margen de beneficios que permitiera todas esas condiciones tan favorables. Empezó, por tanto, a pensar qué negocio sería el más favorable a sus nobles intenciones.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

La política como negocio

La política es un negocio para un buen puñado de políticos y gobernantes que se sirven de sus cargos para favorecer a los intereses privados, empezando por los suyos propios. La política como negocio consiste en bajar impuestos, privatizar servicios públicos y gastar cada vez menos dinero en lo que es más importante para los ciudadanos. La política como negocio consiste en ejercer el cargo con la intención de allanar el propio terreno colmándolo de favoritismos y privilegios para asegurarse un porvenir acomodado en la empresa privada. Durante su mandato, José María Aznar privatizó ENDESA, empresa en la que actualmente goza de un remuneradísimo cargo de consultor.

Ejemplos de este tipo son los que indignan al contribuyente, que se siente cada vez más defraudado al comprobar cómo nuestra democracia se va alejando más y más de su función originaria (gobierno del pueblo) para convertirse en caldo de especulación de los grandes empresarios y multinacionales. El de Esperanza Aguirre es otro desgraciado ejemplo de lo que comento, ese tipo de gobernantes cuya única vocación de servicio público consiste en suprimir el carácter público de ese mismo servicio que desempeñan. Porque la señora Aguirre, como su compañero Aznar, es de esa clase de políticos que sienten verdadera repugnancia por el gasto público, por el endeudamiento que requiere el mantenimiento de cualquier clase de servicios sociales, a los cuales no consideran rentables desde el punto de vista de las leyes de ese mundo del mercado al que tanto admiran y en el que tantos deseos tienen de participar y, claro está, de sacarse una buena tajada. Lo que estas personas no entienden es que la esfera pública no se rige por criterios de mercado, o no debería hacerlo.

Si tantas ganas tiene usted de enriquecerse, señora Aguirre, presente su dimisión de la Presidencia de la Comunidad de Madrid y dedíquese a sus negocios privados, y deje paso a algún compañero de su partido, o de otros partidos, que sí tenga vocación de servir a los ciudadanos de la mejor manera posible y que sea capaz de anteponer el mantenimiento de unos servicios educativos y sanitarios de calidad, o sea, lo que interesa a los ciudadanos, frente a los intereses de los mercados e índices bursátiles. Los ciudadanos madrileños tienen derecho a que se respeten las coberturas sociales que mantienen con sus impuestos, y no se merecen el desprecio de una presidenta que no les respeta, ni a ellos, que son los ciudadanos que la han votado, ni a sus impuestos, que es de donde procede el sueldo de la señora Presidenta.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Deconstrucción fiscal

Señores Inspectores de Hacienda, formen ustedes un partido político y prometo que les votaré. Les daré mi voto para que, al menos ustedes, hagan las cosas bien por una vez en la vida. La política es economía y la economía es dinero. Ustedes son los que más saben sobre el tema, ¿verdad? Y nunca está de más, de vez en cuando, ejercer el derecho al voto con criterios tecnocráticos. Es decir, sin prejuicios partidistas. Simplemente, queriendo que gobierne quien sabe lo que hace porque es especialista en ello.

Y es que ustedes, señores Inspectores de Hacienda, tienen mucho trabajo que hacer y que yo, como contribuyente, estaré muy satisfecho de costear con mis impuestos, ese 18% del IRPF que cada mes retienen de mi nómina, entre otros conceptos impositivos también incluidos en ella.

Ustedes, señores Inspectores de Hacienda, tienen por delante toda una tarea de deconstrucción fiscal. Deberán desmantelar todo el sistema para, después, volver a edificarlo, de tal forma que quede renovado y vigorizado con una nueva función redistributiva y recaudadora mucho más poderosa, más poderosa que nunca, de manera que se establezcan unos tipos impositivos mínimos a partir de los cuales toda renta que se produzca, tanto del trabajo como del capital, aporte al sistema la cantidad precisa de recursos que requieran los criterios de equidad establecidos.

Para ello, ustedes, señores Inspectores de Hacienda, deberán llevar a cabo una purga de todos los sistemas de evasión fiscal existentes para acabar con todos los virus y parásitos chupasangres que están pudriendo nuestras sociedades y que están reduciendo el estado de bienestar a su mínima expresión. Es curioso, pienso, que los que se aprovechan del sistema que les favorece para chupar la sangre de sus semejantes, acusen al socialismo precisamente de lo mismo que ellos hacen con el actual sistema capitalista, y que no es otra cosa que cultivar el parasitismo, esto es, el vivir a costa de los demás.

Devuelvan la transparencia a nuestro sistema, señores Inspectores; identifiquen a los ladrones y a los métodos que utilizan, señores Inspectores. Emprendan una cruzada contra los paraísos fiscales, porque estos son como los acuíferos subterráneos en tiempos de sequía: reservas de liquidez en tiempos de crisis. Ese dinero es de todos, igual que los recursos naturales, como el agua. No dejen que los tiburones nos dejen secos.

jueves, 15 de septiembre de 2011

La Rosa que se salió del puño

Se salió del puño y le van muy bien las cosas con su relativamente reciente adquirida independencia. Esta rosa es una flor cuya integridad escasea en el prado de la política, puesto que le encanta agradar exhibiendo la hermosura de sus pétalos, pero no duda en sacar las espinas cuando cree que debe hacerlo, que es cuando no está de acuerdo con algo, o ante cualquier asomo de injusticia cometida por la flora dominante, esa especie arrogante y acaparadora que quiere todo el prado para ella sola y trata de ignorar a las pequeñas florecillas que tratan de abrirse paso entre tanta exuberancia ajena.

Esta rosa se salió del puño porque no se encontraba a gusto dentro de él. Desde entonces, el puño no ha dejado de perder fuerza y está cada vez más débil. Las rosas que le quedan están cada vez más marchitas y opacas. La lozanía es un sueño del pasado, cuando la palabra "socialismo" significaba algo para ellas: cuando un jardinero llamado Pablo Iglesias decidió cultivar el huerto de sus ideales basados en la justicia, en la igualdad y en la democracia.

Esta rosa aventurera representa lo mejor de aquella época en que la rosa todavía se dejaba abrazar por el puño que la sostenía. Y esta rosa, a diferencia de las otras que siguen dentro del puño, no ha perdido su lozanía, sino que la ha ido aumentando con los años, porque el tiempo no hace mella sobre aquello que es auténtico, sincero, verdadero y transparente. El tiempo no hace mella en las ideas de justicia, igualdad y democracia, que fueron las semillas que aquel jardinero plantó, en su momento, para que algún día llegaran a fructificar en forma de victoria del proletariado sobre la burguesía.

La rosa que se salió del antiguo puño, hoy aprieta su propio puño con la fuerza de sus inquebrantables convicciones. Es independiente y decidida. Ya no es la marioneta de nadie, si es que alguna vez lo fue. Se llama Rosa Díez y le gusta hablar con claridad y cercanía al ciudadano. Si piden audiencia, les recibirá en su despacho para escuchar lo que tengan que decirle. No me imagino a Rajoy o a Zapatero haciendo lo mismo en sus refugios de Génova y Ferraz.

martes, 13 de septiembre de 2011

La redención del comunismo 3 (el abuso de la propiedad privada)

El comunismo que yo defiendo no está en contra de la propiedad privada, sino del abuso de ella por parte de los ricos, pues en esto, y no en otra cosa, consiste el capitalismo. Este sistema va contra la idea del bien común y cultiva un individualismo materialista en el peor de los sentidos, puesto que ya del individualismo renacentista que dignificaba al ser humano mediante la práctica y desarrollo de todas sus potencialidades físicas, afectivas e intelectuales, sólo queda la parte más banal y prosaica, aquella que es objeto de mercadeo, de compraventa, de beneficio económico. El ser humano parte del sometimiento feudal durante la Edad Media, alcanza su propia liberación en el Renacimiento, vuelve a ser presa de las tiranías del Antiguo Régimen y termina alcanzando el estatus de la época contemporánea en dos fases: la primera de ellas, nuevamente revolucionaria (EEUU, 1776, Francia, 1789, etc.), y, por último, con la Revolución Industrial y con la burguesía erigida en el nuevo elemento opresor, en este caso, del proletariado, que es la clase social surgida de la industrialización.

Asistimos, por tanto, a la evolución del concepto individualista, que, visto lo visto, más se parece a un proceso de degradación que de evolución propiamente dicha, puesto que, en la época actual, no se produce un desarrollo positivo de este fenómeno, sino todo lo contrario: nos encontramos con un retroceso en todos los términos que afectan a la idea del individualismo como sinónimo de libertad humana, de derecho al libre desenvolvimiento de la persona en todas las esferas de su vida. Se produce, en la actualidad, un fenómeno de pérdida de libertades individuales debido a las directices del mercado y todo lo que conlleva: obsesión por la obtención de beneficios a toda costa, por la acumulación de capitales, por sacar el máximo partido de cualquier iniciativa empleando los mínimos costes posibles.

Esto conduce, inevitablemente, a la existencia de desigualdades sociales y, por tanto, al aumento de la distancia entre unas clases sociales y otras, cuando uno de los objetivos del comunismo es la abolición de las diferencias, que son las que causan que unos individuos, los pertenecientes a las clases más acomodadas, subyuguen a los individuos de las clases más desfavorecidas. Estos últimos, como consecuencia de este sometimiento al que se ven destinados, pierden casi todas sus esferas de libertad al tener que dedicar la mayor parte de su existencia a trabajar mucho cobrando lo mínimo, precisamente, para que aquellos individuos privilegiados ven cada vez más aumentadas sus propiedades y sus beneficios particulares.

No se trata, por tanto, de suprimir la propiedad privada, lo cual conllevaría eliminar algunas parcelas de libertad individual que son absolutamente imprescindibles para que cada persona mantenga su propia identidad, su carácter, sus gustos personales sobre toda clase de elementos externos e internos, así como su derecho a decidir por sí misma sobre cualquier cuestión que afecte a todas estas cosas. Se trataría de impedir los abusos a que la propiedad privada es sometida por parte de quienes no miran más que por su propio beneficio, lo cual pasa, como dijo Marx, por hacer colectivos los medios de producción, de manera que se unan las fuerzas del capital y las fuerzas del trabajo, tratando de integrar a aquéllas en el seno de éstas, siempre de forma pacífica y dialéctica, para beneficio de ambas en particular y de toda la comunidad en general, y que, de esta forma, el producto fabricado o elaborado por el obrero (los bienes de consumo) se convierta en elemento de disfrute totalmente suyo.

Este sistema evitaría todo tipo de injusticias y desigualdades, y todo el mundo disfrutaría de propiedad privada por el hecho de ser, cada individuo, único dueño de los frutos de su trabajo y de su esfuerzo. Fíjese el lector en la manera en que el comunismo no sólo no va contra la propiedad privada, sino que, además, considera su existencia como una condición esencial para el predominio de la equidad y la justicia en el seno de cualquier sociedad libre y democrática.

lunes, 12 de septiembre de 2011

La utilización partidista del Impuesto sobre el Patrimonio

Qué manera de marear la perdiz con la cuestión del Impuesto sobre el Patrimonio, precisamente por parte de los mismos que lo suprimieron con el único objetivo de ganar unas elecciones, aunque esta medida sea tan radicalmente contraria a la ideología política de estos gobernantes. Qué manera de seguir tomándonos el pelo a todos los españoles, especialmente a los que peor lo están pasando en estos momentos de recesión económica. Y es que, desde el año 2008, en que se suprimió dicho impuesto, el Estado no sólo ha dejado de recaudar fondos derivados de los grandes patrimonios, sino que, además, ha estado perdiendo dinero, ya que la supresión de este impuesto acarreaba una compensación económica a las Comunidades Autónomas que fuera proporcional a la cantidad de recursos que aquéllas habrían obtenido mediante este sistema recaudatorio. Y ahora viene Rubalcaba desempolvando esta medida como su gran baza electoral, precisamente esa, la de recuperar el Impuesto sobre el Patrimonio.

La pregunta que viene a la mente es la siguiente: ¿se pueden hacer peor las cosas? ¿Puede un partido político que gobierna, en este caso el PSOE, perder su integridad de manera más incompetente y oportunista? Como dijo Felipe González, con las cosas del comer no se juega. Y es que el gran pecado de los socialistas durante estos ocho años ha sido su oportunismo, que deriva del deseo de mantenerse en el poder a toda costa, incluso al precio de tirar los propios ideales al cubo de la basura. Porque eso, y no otra cosa, es el hecho de mimar a los grandes propietarios, con la excusa sucia y barata de que crean riqueza y puestos de trabajo, y sacar la sangre a los que menos tienen. Si en eso consiste el socialismo, entonces José María Aznar es un marxista confeso.

José Luis Rodríguez Zapatero tenía que haber hecho algo más que convocar elecciones para el 20 de noviembre. Debió haber acompañado esta medida con otra tan importante o más aún: su dimisión. Porque, cuando las circunstancias vienen tan adversas que, no sólo no te permiten llevar a la práctica tu programa electoral, sino que, encima, te obligan a hacer todo lo contrario, lo más honesto es dimitir y no manchar tus principios, porque, actuando al revés, lo que haces es demostrar que careces de ellos.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Titulación a la inversa

Se trata de una iniciativa original del gobierno esa de otorgar un documento oficial acreditativo de la experiencia laboral a aquellos trabajadores que tengan mucha experiencia laboral y ningún título académico, más allá de la E.S.O., del Graduado Escolar o, como mucho, del Bachillerato, se sobreentiende. Es una buena idea el hecho de reconocer oficialmente la profesionalidad de esos trabajadores que, por las razones que sean, no han estudiado una carrera universitaria o un ciclo formativo y, aun así, han terminado desempeñando las labores propias correspondientes a dichas titulaciones.

El Estado va a permitir, a partir de ahora, que el proceso formativo invierta su modo de funcionamiento. Si lo tradicional era estudiar la teoría y luego incorporarse a la práctica, ahora la práctica va a ser el punto de partida. De este modo, se va a poder titular a la inversa: el trabajador se incorpora a su empresa, y cuando adquiera estabilidad o experiencia dentro de ella, entonces se le concede el título correspondiente.

El sector de los servicios va a ser uno de los más beneficiados por esta nueva medida. Ya no habrá que tener el título de camarero o de peluquero o de cuidador de ancianos, por ejemplo, para ejercer de tal, sino al revés. No habrá que tener el título para ser camarero, sino ser camarero para obtener el título. En la medida en que los trabajadores de este sector, y de todos los demás, puedan acogerse a esta ayuda para mejorar sus condiciones laborales y sociales, se trata de un avance en el desarrollo del estado de bienestar, algo milagroso para los tiempos que corren.

sábado, 10 de septiembre de 2011

El dilema de Salónica

Nuevos disturbios sociales se están produciendo en esta ciudad griega, debido a la nueva oleada de medidas antisociales decretadas por el FMI para el rescate financiero de Grecia. Papandreu dice que vale la pena hacer un esfuerzo como éste para permanecer en el euro. Eso es lo que opina él, pero, ¿estarán de acuerdo los demás ciudadanos griegos? Qué fácil es hablar de la necesidad de hacer sacrificios desde la comodidad y seguridad de que otorga un cargo de primer ministro. El señor Papandreu no se va a quedar en la calle y no va a tener que irse a vivir debajo de un puente, pase lo que pase. Pero quizá muchos de sus conciudadanos sí tengan que hacer eso cuando ya no les quede absolutamente nada a causa de los recortes sociales decretados por el gobierno. ¿Les merece la pena a ellos, no al presidente del gobierno, seguir en el euro? ¿Realmente esta continuidad monetaria va a compensarles algún día por todo lo mal que lo están pasando en estos momentos?

¿Qué pasaría si Grecia abandonase el euro y volvieran a acuñarse dracmas? De momento, recuperaría ciertos márgenes de soberanía en el terreno de la economía. Podría controlar los tipos de interés y de cambio de divisas. El Estado podría poner en circulación la cantidad de dinero necesaria para financiarse y superar el déficit (según la doctrina de Vicenç Navarro). Y Grecia podría salir adelante sin tener que plegarse a los deseos del capitalismo financiero, podría proteger el estado de bienestar... si abandonara el euro, claro. ¿Y si lo abandonásemos todos? ¿Y si volviéramos a nuestras antiguas monedas? ¿Y si suprimimos el Banco Central Europeo? ¿Y si recuperamos nuestra soberanía monetaria? Quizá mejorarían las cosas. Quizá el euríbor no sería tan caprichoso. Es más: ¿existiría el euríbor?

El dilema de Salónica consiste en dos alternativas. La primera es tragar lo que les manden sin protestar; la segunda, hacer lo mismo, pero haciéndose oír, que es precisamente, lo que están haciendo. Como escribió Blas de Otero, "si he perdido la vida, el tiempo, todo/ lo que tiré, como un anillo al agua,/ si he perdido la voz en la maleza,/ me queda la palabra". A los griegos todavía les queda la palabra, que no es poco. Lo malo es que no da para vivir. Quizá preferirían tener más dinero y menos palabras, pero eso ya sería populismo, y, en comparación con eso, sí que conviene seguir en el euro.

La geografía convulsa de Kerouac

En la carretera constituye una plasmación de la versión posmoderna del sueño americano. Frente a un paradigma burgués en estado de franca decadencia, con una guerra fría y un mayo del 68 a la vuelta de la esquina socavando sus cimientos, se alza el nuevo paradigma de la contracultura, y que consiste en practicar la precariedad vital en forma de epifanía diaria. Ya no se trata de encontrar un trabajo estable para ir ascendiendo puestos dentro de la empresa con el objetivo de alcanzar la cumbre del éxito financiero que haga posible adquirir el máxino número de propiedades posibles (una casa con piscina, un coche, etc.) y criar y mantener a una familia numerosa. Donde unos ven triunfo, otros ven mediocridad, conformismo social, materialismo puro y duro. Estos últimos tipos, como Kerouac, pretenden practicar una ascética, una cruzada anticapitalista con la que quieren demostrar que el dinero no es lo más importante en esta vida, y que lo más valioso reside en los detalles aparentemente más insignificantes, como quedarse uno dormido en cualquier playa contemplando el atardecer o viajar haciendo autoestop de la costa del Atlántico a las riveras del Pacífico y experimentar lo asombroso de la condición humana de cada una de las personas con las que te encuentras a lo largo de tu espontánea travesía.

La actitud más rebelde, más audaz y más contestataria consiste en ese rechazo hacia la estabilidad económica y laboral al aceptar cualquier tipo de empleo, a cual más precario o extravagante, con el que lo único que pretendes es hacer acopio de la cantidad de dinero suficiente que te permita embarcarte en otro viaje de punta a punta del país para seguir conociendo toda la geografía humana, social, sentimental, trágica y lúdica, esa suerte de geografía convulsa y entusiasta, humilde y canalla que conforman las experiencias de todo el movimiento beat, ese magnífico grito de protesta ante el hartazgo del materialismo burgués tan característico de la sociedad norteamericana de mediados del siglo XX.

A partir de Kerouac y la generación beat, el modelo de individuo emprendedor ya no se basa en el self- made- man de los Padres Fundadores, sino en el factotum de Bukowsky, esa clase de persona que no quiere comprometerse con nada porque quiere experimentarlo todo, y, por tanto, no quiere que le obliguen a elegir, a tomar decisiones irreovocables sobre cada cuestión que le concierna, porque cada una de esas decisiones que se vea obligado a tomar le llevarán a lo que no está dispuesto a consentir de ningún modo: renunciar a algo, ver reducido el abanico de posibilidades que le ofrece la vida en todos los aspectos. Prefiere ser pobre y vivir intensamente antes de convertirse en un miembro de clase media atrapado en la rutina y en la mediocridad.

Kerouac y sus compañeros son los nuevos Padres Fundadores, y el modelo de libertad que pregonan es superior, ya que surge libre de todas las lacras sociales originarias, como la esclavitud, el racismo y la mentalidad religiosa de carácter puritano. Si la Constitución Norteamericana se hubiera hecho eco de esta renovación, hoy los Estados Unidos serían una nación menos ambiciosa, menos cínica y más humilde y solidaria.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Jacques Prévert (El holgazán)

Dice no con la cabeza,
el corazón lo desmiente.
Dice sí a lo que quiere,
dice no al profesor.

Está de pie,
le pregunta
y todos los problemas están sobre la mesa
de repente el loco se ríe lo coge
y borra todo
las cifras y las letras
las frases y las trampas
y a pesar de las amenazas del maestro
bajo los abucheos de los niños prodigios
con las tizas de todos los colores
sobre la pizarra negra de la desdicha
él dibuja el rostro de la felicidad.

Maratón de firmas para salvar nuestros derechos

La dictadura bipartidista de que es víctima la política española, y que hace cuestionar la integridad de nuestra democracia, hace que personas como Llamazares se erijan en héroes de la ciudadanía a la búsqueda del santo grial de las 35 firmas que son necesarias para someter la reforma consitucional del techo presupuestario a referéndum popular. Se trata de la lucha de David contra Goliath. Es la arrogancia de los poderosos gigantes contra el tesón de los más débiles por defender los derechos de quienes les hemos votado a todos ellos, algo que sólo valoran esos mismos débiles que pretenden que los que somos gobernados no seamos menos importantes que los que nos gobiernan.

Está cundiendo el mal ejemplo de los partidos que tienen la mayoría en el Parlamento frente al comportamiento ejemplar, en el mejor sentido de la palabra, de los grupos minoritarios, que son muchos (IU, ICV, CIU, UPD, ERC, etc.), pero poco numerosos. Es curioso comprobar cómo, en muchas ocasiones, la razón está del lado de los más débiles, pero, precisamente por esa condición que los define, no pueden hacer absolutamente nada para hacer valer la legitimidad que les asiste. Y los poderosos lo saben muy bien, y por eso aplican el llamado "rodillo parlamentario", porque saben que no tienen razón y que, si dieran voz y voto a los ciudadanos, estos harían prevalecer la justicia y el espíritu de la ley: la razón de Estado de los gobernantes contra el estado de la razón de los ciudadanos.

Esperemos que Izquierda Unida y el resto de las fuerzas políticas minoritarias del Parlamento consigan recaudar las 35 firmas que necesitan, que necesitamos todos para que no se nos arrebate nuestro derecho a decidir sobre nuestro propio futuro. El plazo es de quince días. La cuenta atrás ha comenzado.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Jean Follain (Una esquina verde)

A veces aparece una criatura
dulce y triste tras una esquina verde.

Nadie sabría decir de dónde viene.

La sobresalta un ruido en el follaje;
sus patas, sus pezuñas, resultan arañadas.

Ella pisa una flor muy pequeñita,
lo hace sin darse cuenta
porque la noche esconde secretos en su niebla.

Todo techo requiere su propio suelo

Eso es lo que ha planteado, muy razonablemente, Cándido Méndez en relación a la aprobada reforma constitucional según la cual se fija un techo al gasto público. El líder de UGT ha propuesto que, en compensación frente a esa medida de contención presupuestaria, se fije, del mismo modo, una cantidad mínima de recursos públicos que vaya destinada al mantenimiento del gasto social imprescindible para el mantenimiento del estado de bienestar.

En realidad, se trata de una obviedad que debería llevarse a cabo lo antes posible. Es lo más razonable y lo más justo. Ya que no nos van a permitir expresar nuestra opinión al respecto por la vía del referéndum, al menos deberían hacernos esa concesión: fijar unos mínimos, y que esos mínimos sean inamovibles a partir de ahora en todos los Presupuestos Generales del Estado, tanto en sanidad como en educación y en políticas de empleo, sin olvidar el sistema de pensiones, que es la base del nivel de vida de los jubilados.

De hecho, este tipo de iniciativas debería aplicarse a nivel europeo. El Pacto de Estabilidad Presupuestaria debería exigir, a todos los países de la Unión Europea, una cantidad mínima de gasto anual en políticas de protección social, de manera que aquellos países que no cumplieran esta condición fueran sancionados. Medidas como ésta son las que convertirían, de verdad, a Europa en una unión económica y política de carácter solidario y comprometida con el bienestar de sus ciudadanos. Porque el concepto de "estabilidad presupuestaria" no debería ser sino una causa y una consecuencia, un reflejo, en suma, de la deseada estabilidad social, y no lo que es en realidad: una forma de contentar a los mercados en detrimento de los trabajadores.

martes, 6 de septiembre de 2011

¿Ibex-35 ó 20-N?

¿Qué es más importante? ¿Los índices bursátiles o la fecha de las próximas elecciones generales? Por desgracia, está clarísimo qué es lo que nos afecta más, lo que realmente determina el rumbo de nuestras vidas. Y es que tiene razón aquel famoso lema del 15-M: lo llaman democracia y no lo es. Y no lo es porque no es el gobierno de los ciudadanos, de los que mantenemos al país, de los que pagamos impuestos. Es, precisamente, el gobierno de los que menos pagan, o de los que no pagan nada en absoluto. Ellos dicen que son los que crean riqueza, pero no lo hacen, porque no son ellos los que trabajan. No: ellos explotan a los que sí trabajan. Les pagan lo mínimo para forrarse a su costa. Y a su costa, y a costa de todos nosotros, se dedican a especular con sus plusvalías en los mercados financieros, cuyos caprichos y arbitrariedades son los que nos gobiernan.

El próximo 20 de noviembre, los españoles elegiremos un nuevo partido político, que lo más seguro es que sea del PP o del PSOE. Eso aún no lo sabemos, pero lo que sí sabemos es quién nos seguirá gobernando a todos, gane quien gane en las urnas. Nos seguirán gobernando las empresas del Ibex-35, y las agencias de riesgo que las respaldan, y las instituciones neoliberales (FMI, Banco Mundial, etc.), que legitiman y sostienen todo el tinglado capitalista financiero. Sí, ya sé que ésta es la cantinela de siempre, las mismas protestas y los mismos pataleos, pero es que el sentimiento de indignación no cambia, y la situación empeora, porque no hemos salido de la actual recesión económica y ya nos estamos metiendo en otra. Y yo estoy más que harto de que cada día salgan noticias de que hay que hacer más y más recortes sociales para calmar a los mercados y para rebajar la prima de riesgo. Estoy harto de que sea el mercado el que dirige a la política, y no al revés. Estoy harto de la codicia y de la usura, de que se obligue a dar más a los que menos tienen y de que los que más tienen se vayan de rositas. Me indigna el hecho de que los índices bursátiles sean más importantes que las elecciones generales. ¿De qué clase de democracia presumimos en Occidente, una democracia que no ofrece ninguna seguridad a los ciudadanos, entre otras razones, porque ellos no son quienes la controlan, que es lo que debería ocurrir?

¿Ibex-35 ó 20-N? Ni una cosa ni la otra. Pase lo que pase, nada va a cambiar y todo va a seguir siendo igual de injusto, arbitrario y descontrolado, o, mejor dicho, controlado, sí, pero por esos señores trajeados que manejan el cotarro desde las altas esferas, apoyados sobre sus mesas de mármol en sus rascacielos de doscientos pisos de altura.

jueves, 1 de septiembre de 2011

El barco de Chanquete

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad;
mi ley, la fuerza y el viento;
mi única patria, la mar...

... No, no, no nos moverán.