BLOG DE RAFA PARRA SOLER

De vocación, poeta, ensayista y dramaturgo.











miércoles, 30 de diciembre de 2009

Monólogo

Laura cree que soy buen poeta. Me basta con eso. Me basta y me sobra el hecho de que la mujer a la que amo crea en mis posibilidades como escritor. Si no consigo que me publiquen otros, me publicaré yo mismo, con la ayuda y el apoyo de Laura. Así que estate tranquilo, Rafa, que todo llegará. Además, puede que el éxito te llegue cuando menos te lo esperes. Lo importante es no forzar las cosas y tener mucha paciencia. Sigue trabajando como hasta ahora, sigue cultivándote, leyendo y escribiendo, aprendiendo de todos y de todo. Acoge la dulce brisa de la inspiración cuando ésta venga a visitarte. Cierra los ojos y déjate llevar por esa embriagadora sensación de palpar y penetrar las carnes de la belleza y el conocimiento. Y, entonces, vuelve a escribir versos: deja que fluya el endecasílabo, el heptasílabo, el alejandrino o el verso libre. Plasma esas imágenes que te vienen a la cabeza cuando menos te lo esperas, cuando estás soñando o, simplemente, divagando con la mirada perdida en el infinito, ese lugar desde donde la eternidad nos está observando desde el comienzo de los tiempos.

Es eso lo realmente valioso, y no el darme a conocer a unos y a otros, lo cual no es otra cosa que pura y simple vanidad, adulación e hipocresía. Y la literatura está muy por encima de todo eso. Debemos dejar la egolatría al margen y dedicarnos a lo que realmente importa: la literatura.

Pero qué fácil es decir esto, y qué difícil ponerlo en práctica. ¿Quién rechazaría la gloria literaria si la tuviera al alcance de su mano?

lunes, 28 de diciembre de 2009

¿Dónde duermen los patos en invierno?

A Laura


Los patos en invierno duermen
en lechos de miradas penetrantes
cubiertos de pelos rizados de color rojo oscuro,
y al aliento de labios firmes y carnosos.

Los patos no tienen miedo al invierno,
porque tú los proteges de la intemperie hostil.

No temas por el sueño de los patos
ni por el invierno,
porque tú eres su cuna protectora y cálida,
porque los patos duermen en invierno
en tu corazón silvestre con alas de paloma.


Sevilla, 8 de octubre de 2007

Resignación, desilusión, frustración...

Yo, que siempre trabajo y me desvelo
por parecer que tengo de poeta
la gracia que no quiso darme el cielo...

Miguel de Cervantes Saavedra, de su Viaje del Parnaso

viernes, 25 de diciembre de 2009

Homenaje

Era mi dolor tan alto,
que miraba al otro mundo
por encima del ocaso.



Manuel Altolaguirre, tus lectores no te olvidamos.

Feliz Navidad desde el mundo de los vivos.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Contra los discursos navideños del Rey

Son ya demasiados años teniendo que soportar, cada 24 de diciembre, este gesto de monárquico paternalismo. A ver si se enteran de que los españoles ya somos mayorcitos, que llevamos más de treinta años de democracia, y no necesitamos que el papá Borbón venga a descubrirnos el mundo.

Los españoles, y los ciudadanos en general, no somos ninguna panda de borregos a los que tenga que venir este señor todos los años inundando todas las pantallas de televisión para decirnos lo que ya sabemos, y mediante unas parrafadas que, además de estar llenas de obviedades y abstracciones empalagosas, ni siquiera las escribe él, sino que se las escriben otros. Culaquiera podría sentarse en el mismo sillón y leer la pantalla, y,seguramente, con una dicción más adecuada.

Sería una buena idea que cada año se eligiese al azar a un ciudadano cualquiera, y saliera leyendo un discurso escrito, por esa misma persona, en la televisión. Ese sería un gesto genuinamente democrático. El discurso, además, dejaría de ser una cosa vacía para convertirse en un auténtico portavoz del sentir de los españoles.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Palabras de consuelo

No te preocupes por el oro,
laurel de mi corazón.

Me importa más la verdura de tus hojas,
y cómo me envuelven con ternura,
y tus raíces en mi pecho
ramificándose por mis venas.

Me importa más tu tallo de amor puro
que cualquier piedra preciosa
que puedas ofrecerme.

Laurel de mi corazón,
triunfo de mi existencia,
no pienses en los dones de los otros,
sino en los tuyos,
porque estos son los que quiero que me des,
porque eres tú a quien quiero.

martes, 22 de diciembre de 2009

Dos versos de Jaime Gil de Biedma

"Para saber de amor, para aprenderle

haber estado solo es necesario..."

Pertenecen a "Pandémica y Celeste", el mejor poema de Jaime Gil de Biedma en opinión de mucha gente (como yo).

El poema expresa una concepción según la cual para llegar al verdadero amor hay que tener muchas relaciones antes de encontrarlo. Supongo que era una hermosa manera, por parte del poeta, para justificar su gran promiscuidad.

El caso es que el poema en general, y estos preciosos versos en particular, me fueron de gran ayuda cuando aún me hallaba buscando el gran amor de mi vida. Y lo cierto es, al contrario de lo que le sucedió a Gil de Biedma, que yo no tuve demasiadas relaciones antes de encontrar a Laura, sino todo lo contrario. Lo que tuve más bien fueron grandes decepciones que me costaron más de un disgusto. Y, cada vez que esto me pasaba, ahí estaban esas bellísimas palabras para hacerse cómplices de mis penas y artífices de mis consuelos.

Lo más importante de todo es que los versos de ese poema me enseñaron y me dieron la paciencia suficiente para no desesperar en mi cometido. Me enseñaron la razón de esa soledad que yo tanto sufría y con la que quería terminar cuanto antes. Me hicieron comprender que esa soledad era sólo una espera, la antesala de la explosión de felicidad que vino después. Esa soledad era la preparación que yo necesitaba para poder recibir al amor en condiciones. Y las condiciones no pudieron ser mejores que las que fueron. El amor llegó a mí cuando tenía que llegar: ni antes, ni después. Como la fruta que cae sola del árbol porque ya está madura. No puedo pedir más.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Poética del perfume

Odio la publicidad. Odio que los medios de comunicación estén continuamente tratando de vendernos sus productos. Odio este sistema que trata a las personas como simples consumidores, y odio la deshumanización que conlleva todo este proceso y estado de cosas.

Dicho lo cual, he de reconocer que la publicidad, en no pocas ocasiones, y gracias a su afán por superarse cada vez y alcanzar cotas más altas de persuasión para hacer que el producto se venda, llega a engendrar resultados de una calidad artística incuestionable. Y el ámbito de la creación publicitaria en el que más aprecio esas virtudes son los anuncios de perfumes.

En esta clase de anuncios es donde el perfil estético de la publicidad llega a producir sus más valiosas manifestaciones, algunas de ellas, elevadas al paradigma de la sofisticación y la sutileza como medio de tranmisión de valores tales como elegancia, carisma, liderazgo, belleza, frescura, madurez, riqueza, poder, y muchísimos más. Son, todos ellos, valores que apelan a los prototipos humanos más triunfadores de la sociedad de consumo, en la que lo único importante son las apariencias y la imagen de un bienestar absolutamente falso o sólo posible para unos pocos privilegiados.

Pero, al margen de la crítica, insisto en que muchos de estos productos poseen un indudable mérito hasta el punto de poder considerarse como obras de arte. La base de muchos de ellos es la sugerencia, la connotación. Sin transmitir nada concreto, hacen resonar, en la mente del espectador, las más variadas sensaciones, todas ellas positivas, atractivas y reconfortantes. El conjuntos de los recursos empleados para producir este tipo de obras constituye toda una poética qwue va de lo visual a lo olfativo. Se anuncian por televisión, con lo que la primera percepción que tenemos de estos productos es de carácter visual, pero no olvidemos que se trata de perfumes, los cuales serán utilizados por el consumidor de turno y percibidos olfativamente por los que le rodean. Además, la parte visual del producto se articula mediante una plasticidad abrumadora y penetrante capaz de impactar en el espectador e identificarle con la propuesta dada, de manera que la adquisición del producto por parte de aquél se lleve a cabo. Esa plasticidad se manifiesta en todos los aspectos del producto: escenarios, personajes, e, incluso, en las historias, casi siempre breves, que dan pie al desarrollo del anuncio publicitario.

Los anuncios televisivos de perfumes a veces son como poemas: breves, intensos, impactantes y evocadores (una mirada, un roce, un gesto, como en cualquier verso de Bécquer). El impulso inicial pone en marcha el mecanismo de alusiones y sugerencias. Cuanto más leve es ese impulso, el contenido del mensaje publicitario se hace más elegante, más envolvente y mágico. En tal proceso, dicho mensaje alcanza la consistencia de lo artístico para llegar a la mente del espectador de manera placentera. El espectador, a su vez, identifica esa idea de placer con el producto y con ello se cosigue el efecto de la persuasión.

Me imagino a Jean Baptiste Grenouille, el personaje protagonista de El Perfume, elaborando sus geniales esencias y contratando publicistas para anunciarlas en la televisión. Y me pregunto cuál sería el resultado.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Definición de "Lingüística"

Ciencia de las excepciones (Alejandro Gamero).

viernes, 18 de diciembre de 2009

Feliz Día de tu Santo

SONETO A LA ESPERANZA DE TRIANA

A mi amiga trianera, Esperanza Serrano Sequiel

Esperanza es la espera de mi espera
y yo esperando estoy la buena nueva:
que me diga Esperanza que me lleva
allá donde por siempre es primavera.

Espero una esperanza llevadera,
y mi paciencia viene a ser la prueba
de que mi fe en la espera me conlleva
vivir pensando en ti de esta manera.

Gozosa será siempre la esperanza
de esperar algo bueno de esta vida
si lo que viene llega sin tardanza.

Y, entonces, le daré la bienvenida
al don que, transparente y sin mudanza,
venga a curarme todas las heridas.

jueves, 17 de diciembre de 2009

En defensa de la Real Academia Española (respuesta a una entrada de blog)

La plataforma virtual en cuestión tiene por título Pesle Mesle, y su autora (por lo que supe después, se trata de una mujer dedicada profesionalmente a la Traducción, licenciada en Lingüística y que, además, cuenta en su haber con un libro de poemas publicado) responde al nombre de "aa".

El texto se titula "La R.A.E. es el Mal" y está fechado el 12 de julio de 2009. A continuación, procedo a transcribirlo íntegramente:


"ATENCIÓN: va a haber procacidad en lo que sigue. Bastante, porque éste es un tema que me calienta pero bien.

No tengo ni idea de por qué, pero estaba acordándome hoy de dos ocasiones en que mi modo de escribir (o de hablar) fue corregido en el ámbito académico. La primera vez yo estaba en 4º de E.G.B., o sea que tendría unos 8 o 9 años. Había entregado una redacción, una actividad en la que siempre obtenía la nota máxima porque sabía usar la puntuación y no cometía faltas de ortografía. Y entonces la profesora me devolvió la redacción con un enorme círculo rojo alrededor de la palabra “hall”, que ella había sustituido por “vestíbulo”. Porque “hall”, claro, es un anglicismo, y los anglicismos eran malos, perversos, y había que evitarlos para no contaminar la prístina lengua castellana. Daba igual que fuera la palabra que se usaba (y se usa) en casa de mis padres, y que para mí el vestíbulo fuera lo que hay en un hotel o un teatro. Creo que me puse a hiperventilar de la furia.

La segunda ocasión tuvo lugar ya en la carrera, en Lingüística. El profesor mencionó ejemplos de variedades lingüísticas regionales que eran consideradas no-normativas. Un ejemplo fue “arrascar” por “rascar”, lo cual me hizo gracia (nunca lo había oído antes). Pero el segundo ejemplo fue “lo hay que hacer” por “hay que hacerlo”. Era, me dijo el profesor, no recuerdo bien si un “aldeanismo” o un “asturianismo”. O las dos cosas. Ambas cosas son malas, por supuesto.

No soy muy dada a los símbolos, pero hace años que adopté la costumbre de, cada vez que paso por el edificio de la Real Academia de la Lengua en Madrid, escupir delante (en la acera). Creo que esta institución, nazi, nefasta, delirante, abominable, repugnante, trasnochada, ridícula, fachosa, ha sido increíblemente perniciosa, si no para la lengua — no se hace daño a una lengua así — sí para la comprensión de lo que es una lengua entre los españoles (creo que, por suerte, los hispanoparlantes americanos pasan soberanamente de estas chorradas.)
“Limpia, fija y da esplendor” es uno de los lemas más estúpidos existentes, y que refleja bien el carácter de la institución. Una lengua no es un bibelot dieciochesco, no es algo que pueda limpiarse y preservarse para toda la eternidad en su pedestal en el museo. Creo que una analogía más adecuada sería con una fuerza de la naturaleza. Puedes cargarte una lengua, por supuesto (aunque cuesta, por lo general), pero no puedes impedir que cambie. Y ESO NO ES ALGO MALO.

Lo que realmente, realmente me cabrea es que la PUTA ACADEMIA DE LAS NARICES ha conseguido que la mayor parte de los españolitos estén convencidos de la necesidad de su existencia. El Diccionario de la RAE, que cualquier lingüista mínimamente competente sabe es UNA PUTA MIERDA, es empleado como diccionario de referencia en editoriales, publicaciones, y agencias de traducción. Lo mismo con la gramática, que contiene tales perlas como que no se debe usar “detrás mío” sino “detrás de mí” — CUANDO “DETRAS MÍO” APARECE YA EN GONZALO DE BERCEO. ¿O era un “vasquismo” de Berceo? Estoy HASTA LOS HUEVOS de que la gente me diga “esa palabra no existe” o “eso no está en el diccionario de la RAE” para deshacerse de una palabra que no han oído antes y que, por supuesto, por ese mismo motivo no les gusta (la PUTA RAE ha convertido a la población española en una población monstruosamente conservadora desde el punto de vista lingüístico). Y, por supuesto, véte a cuestionar la existencia de la RAE o el uso de su MIERDA DE DICCIONARIO — la gente se escandaliza más que si hubieras sugerido usar niños en vez del pavo de Navidad. Incluso personas cultas e inteligentes como mi madre dicen que “hay que proteger la lengua” (como si el español fuera el lince ibérico), que “necesitamos criterios, necesitamos conocer la gramática” (cuando cualquier niño de tres años tiene la gramática perfectamente en el cerebro), que si no “las palabras perderían su sentido” (porque, por supuesto, el sentido de las palabras viene dado por una institución centralista, retrógrada, y reaccionaria impuesta por un rey francés). Aaaaaargh.

EL INGLÉS NO TIENE REALES ACADEMIAS DE LOS COJONES, Y BIEN QUE LE VA. (El único lugar de habla inglesa donde hubo algo parecido fue en Sudáfrica. Posiblemente porque apartheid y prescriptivismo lingüístico ocupan un mismo espacio mental). Las lenguas, por su propia naturaleza, son promiscuas, se mezclan con cualquiera, y no precisan de un maldito cinturón de castidad que las mantenga en un supuesto estado virginal primigenio que JAMÁS EXISTIÓ. Miren las glosas silenses y milanenses, supuestamente los primeros ejemplos de “castellano” (sea lo que sea eso — ésa es otra) escrito: anotaciones al margen en textos latinos por monjes bilingües que también apuntaban en vasco el sentido de las palabras latinas que no entendían. Y así en adelante.

¿Cómo se puede respetar a una institución que tiene como miembros a — en serio — Arturo Pérez Reverte y el esbirro de Polanco? ¿Por servicios a la literatura? (Y ésta es otra — ¿por qué demonios mezclar la lengua con la literatura? Y mejor no hablar del daño infligido por el señor Lázaro Carreter, que ojalá esté ardiendo en el infierno, con sus libros de texto de literatura española.) ¿Qué carajo saben ésos de lingüística? Aunque realmente da lo mismo, puesto que la único misión vagamente apropiada de la R.A.E. debería ser producir un diccionario potable, tipo el Oxford English Dictionary. Pero, por supuesto, partiendo de un enfoque prescriptivista, es completamente imposible hacer tal cosa. Un buen diccionario dice lo que hay, no lo que debería haber. Así que no está muy claro para qué cojones están los excelentes señores miembros de la Academia — ¿para, como en el caso de Ansón, sugerir que el diccionario debería recoger el término “collones” en vez de “cojones”, porque es mucho más literario y al señor Ansón personalmente le gusta mucho más? Manda carallo.

Lo dicho — la R.A.E. es el Mal encarnado. Y no en el sentido sexy de Darth Vader o el Diablo, sino más bien en el sentido Eichmann. No la banalidad del Mal, sino la ESTUPIDEZ CRIMINAL del Mal. Y mejor lo dejo, porque me hierve la sangre otra vez de sólo pensar en el tema. Grrrrr."



Después de leerlo, le contesté con el siguiente comentario:


"Me propongo responder a un texto escrito, creo, desde la más absoluta ignorancia de los estudios más recientes sobre gramática española.

Pero,antes de abordar el asunto, quiero exponer mi defensa de la Real Academia. Las diferencias y las variedades de un fenómeno sólo se pueden apreciar y respetar si aquéllas tienen elementos comunes, los cuales se manifiestan en forma,en este caso, de norma culta o estandar. Si esa regla común no existiera, no podríamos entendernos, porque, además, de ella emanan todas las variedades diatópicas, diastráticas y diafásicas. La lengua castellana es como la Constitución Española: dentro de ese marco legal, válido y obligatorio para toto el país, se han desarrollado los Estatutos de Autonomía. Pues con el idioma ocurre lo mismo. Además, por muy tolerantes que nos pongamos, no podemos dar validez o legitimidad a cualquier expresión lingüística que esté mal formulada, y esto es aplicable a todos los niveles (fonético- fonológico, morfosintáctico y léxico- semantico). No es lo mismo un leísmo (nivel sintáctico) que un infinitivo “haber” escrito sin “h” y con “v”. Casos como este último son intolerables, por ética y por estética, a no ser que consideremos moderno, progre o políticamente correcto aplaudir la ignorancia y el analfabetismo.

Las palabras, la sintaxis, el léxico y la semántica tienen una Historia y unos orígenes muy claros en la mayoría de los casos. En cuanto al castellano, sus orígenes están, mayormente, en el latín y el griego, y, en menor medida, y según los avatares históricos, en las lenguas germánicas, el árabe, el provenzal, el italiano, el francés y el inglés (sin olvidarnos del sustrato de las lenguas prerromanas). Evidentemente, a este acervo cultural hay que añadirle las propias aportaciones autóctonas, pero siempre teniendo en cuenta de dónde proceden nuestras formas de expresión verbal, a las cuales los usos actuales deben servir de enriquecimiento, no de degradación, que es lo que creo que el autor del texto al que respondo pretende hacer.

Por último, y a lo que me estaba refiriendo al principio de estas líneas, insisto en que sólo la más absoluta ignorancia sobre el tema es lo que puede haber causado la tan encendida como chabacanamente expresada indignación del autor del texto anti- RAE, por llamarlo de alguna manera. La persona en cuestión, si estuviera mínimamente informada, sabría que todos los estudios lingüísticos, desde Saussure (1916, principios del siglo XX), son de carácter descriptivo y no prescriptivo, incluidos los de lengua castellana. Concretamente, me permito mencionar la obra más extensa y exhaustiva sobre estudios gramaticales en castellano: la Gramática Descriptiva de la Lengua Española, en cuatro tomos. En las páginas de esta obra hallará esta persona el registro de todos los usos no académicos de los hablantes del idioma castellano. Eso, en cuanto a gramática. Diccionarios tampoco nos faltan: desde el más antiguo, el María Moliner, hasta los más recientes (Diccionario del Español Actual, Diccionario Panhispánico de dudas, etc.).

Dicho lo cual, aconsejo a la persona que ha escrito el texto de arriba que la próxima vez, antes de soltar tal sarta de disparates, y de la manera en que lo ha hecho, que se documente un poco."


miércoles, 16 de diciembre de 2009

Física o Química

Puede que os parezca frívolo el hecho de que dedique una entrada de blog a la popular serie de televisión que hoy concluye su cuarta temporada. Tengo mis razones.

Creo que Física o Química es un producto televisivo de muchísima calidad, que supera con creces los modelos precedentes (Compañeros, Al salir de clase, por ejemplo). Las interpretaciones de los actores que forman el elenco de esta serie llegan a alcanzar unas cotas de profundidad, de solidez y de consistencia nunca antes logradas, en mi opinión. En este sentido, debemos hacer mención a la nueva generación de actores españoles, que promete dar muchísimo que hablar durante los próximos años. Los personajes a los que interpretan son de una complejidad conmovedora. Por poner unos cuantos ejemplos, tenemos a Gorka, interpretado por Adam Jezierscki. Al principio de la serie, este personaje representaba al típico chulo, macarra y pasota de la clase. Sin embargo, el transcurso de la trama le ha hecho evolucionar y elevarse por encima del encasillamiento inicial. Yoli, interpretada por Andrea Duro, es otro peso pesado de la serie. La actriz madrileña, con tan sólo 18 años de edad, hace gala de un carácter arrollador que trasmite a su personaje de la mejor manera posible. Pero, para mí, hay una estrella que brilla con luz propia dentro del conjunto. Me estoy refiriendo a Angy Fernández, que interpreta a Paula. Las virtudes que atribuyo a Andrea Duro también son aplicables, y por partida doble, a esta joven promesa salida de la primera edición de Factor X. El personaje de Paula es, posiblemente, el que más se ve afectado por la creatividad de los guionistas. Muere su hermano Isaac, se queda embarazada... etc.

A otro nivel, fundamentalmente por razones de edad, tenemos actores ya consagrados como Ana Milán, Nuria González o José Manuel Seda. Y otros que se han dado a conocer en la serie: Cecilia Freire (Blanca), Blanca Romero (Irene), Bart Santana (Roque), entre otros.

El caso es que yo me he emocionado en infinidad de momentos viendo Física o Química. Por no hablar de las veces en que, desde la distancia, Laura y yo aprovechábamos los cortes publicitarios para llamarnos por teléfono y comentar todo lo que iba pasando ("... pues yo creo que Blanca debería estar con Berto, y que Martín se quede con Olimpia, que pegan más...", "... ¿de quién será el hijo de Paula...?", "... ¿descubrirá Julio que Yoli no le mentía cuando le decía que su padre la miraba con lascivia...?"). Por esto, y por mucho más, le guardo a esta serie televisiva un cariño muy especial.

En resumidas cuentas, creo que Física o Química no es otra simple serie de adolescentes. Yo la considero una obra de arte que me ha hecho aprender y sentir muchas cosas, y todas ellas, buenas. Por la pantalla de mi televisor he sentido pasar momentos de alegría y tristeza, de amor y tragedia, de amistades, de noviazgos, de rupturas y reconciliaciones, y muchos momentos de ternura, diversión y humor. También he sentido momentos de desilusión cuando Quino renunciaba a ir de gira con Nacho Cano para estar con Yoli, que ya había roto con él.

Muchos más ejemplos podría añadir a lo que considero un enorme acierto de Antena 3, que, con este fulgurante éxito, ha compensado algún notorio fracaso, como Diario secreto de una adolescente. Esperemos, o, al menos, yo lo espero, que las puertas del Colegio Zurbarán no tarden demasiado en volver a abrirse para el deleite de los espectadores sensibles e inteligentes.

martes, 15 de diciembre de 2009

Hoja en blanco ( Oficio de tinieblas 5 y Tiempo de silencio)

"Hoja en blanco" es el título de una sección de mi blog surgida de forma espontánea para etiquetar aquellas entradas que escribo sólo por escribir, para llenar espacio y no dejar en blanco ninguna fecha. Consiste, básicamente, en dejarme llevar por el acto de la escritura en una especie de automatismo semejante al método surrealista, pero sin llegar a dar rienda suelta al flujo de conciencia. En este caso, se trata de lo mismo, de llenar espacios vacíos con palabras, que pueden articular contenidos trascendentales o absolutamente banales. Por ejemplo, yo ahora estoy haciendo una reflexión metaliteraria, la cual al lector le resultará aburrida o interesante. Eso no lo sé y escapa de mi control.

Lo importante es seguir escribiendo diariamente y no dejar de hacerlo. Digo esto porque, entre mi penúltima entrada ("Mi último poema") y la anterior ("Adicción"), transcurrieron nada menos que siete días, y no quiero que eso me vuelva a pasar. Hay que escribir, sobre cualquier asunto, pero escribir. No hay que dejar de hacer uso de la libertad y capacidad de expresión que nos ha sido concedida. Se trata de un grandísimo privilegio que no siempre valoramos como es debido.

De modo que aquí estoy, empezando el tercer párrafo de esta entrada, que no sé qué extensión va a tener. Mientras siga escribiendo y no deje de hacerlo, seguirá creciendo, creciendo y creciendo. Y, si no dejara de escribir en ningún momento, este texto podría llegar a convertirse en algo más que una simple entrada de blog. Podría llegar a ser un producto vanguardista, algo así como "Oficio de tinieblas 5", la novela de Camilo José Cela, que, en realidad, de novela tiene bastante poco. Es una especie de colección de textos en prosa poética de carácter surrealista, pero muy surrealista. Tan surrealista, que no se entiende nada, porque se trata de un libro de cuatrocientas páginas escrito sin ninguna coherencia ni hilo argumental ni progresión temática, ni organización de ninguna clase. Es más, yo creo que esa obra se la publicaron a Cela sólo por ser quien era, y con la excusa de que era una obra encuadrada dentro de la corriente experimental de la novela española de los años 60. Pero, en mi opinión, ese no es un argumento válido, porque, si comparamos la obra de Cela con "Tiempo de silencio" de Luis Martín Santos, que fue la novela inaugural de dicha corriente literaria, hallamos muchas diferencias, y una, fundamental: "Tiempo de siencio" sí narra una historia.

El caso es que esto no va a ocurrir ( que este texto se convierta en una novela), porque ya le he dado una extensión suficiente para esta entrada de blog, y, llegado a este punto, he decidido no escribir más hasta mañana, en que espero volver a escribir otra entrada al menos tan extensa como ésta, que en este momento doy por finalizada.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Mi último poema

ABURGUESAMIENTO

"Maldito Baudelaire, malditos Goethe y Borges,
que ahora que contemplo
la luna, no me dejan ver
la Luna."

Miguel D `Ors, "Nocturno (frustrado)"




La noche y el bohemio eran amantes.
Un día, el bohemio se cansó
de llevar esa vida y se hizo funcionario.
La noche no se lo perdonó
y el bohemio no volvió
a contemplar la luna.



Lo escribí hace unos días, y no es sino el resultado de lo que, en principio, había sido el intento de escribir un microrrelato (el segundo de mi cosecha- el primero de ellos es el que protagoniza la entrada anterior a ésta-). Definitivamente, a veces me cuesta mucho distinguir un microrrelato de un poema en prosa. Por otra parte, el poema en prosa se puede versificar y convertirse en un poema en verso libre. No estoy afirmando categóricamente que un microrrelato sea lo mismo que un poema en prosa, ni que convertir la prosa en verso conlleve una dislocación de género literario. Pero, en determinadas ocasiones, nos podemos encontrar ante un texto que reuna tal coincidencia de rasgos de varios géneros a la vez, de manera que pueda ser calificado de varias maneras distintas, e incluso que, según la forma alternativa que queramos darle (prosa o verso), se acabe inclinando en la balanza a favor de uno u otro molde genérico.

Eso es lo que me pasó a mí y este fue el resultado. Empecé escribiendo en prosa. Luego me di cuenta de que la prosa que estaba escribiendo tenía ritmo de verso (endecasílabo: "La noche y el bohemio eran amantes", "Un día, el bohemio se cansó", este último, un poco forzado; alejandrino: "... de llevar esa vida y se hizo funcionario."; heptasílabo: "a contemplar la luna."). Quedan dos versos sueltos ("La noche no se lo perdonó/ y el bohemio no volvió..."), si bien el segundo de ellos es octosílabo, cómputo métrico que, en este caso, no es válido como tal, pues los octosílabos no se combinan de manera habitual con los endecasílabos y heptasílabos, sino que suelen formar su propio esquema estrófico (el romance o el poema en octosílabos blancos, básicamente).

El contenido del poema me gusta bastante. Lo que no termina de convencerme es el título, que, si bien expresa lo que yo quiero decir (vida bohemia frente a vida burguesa, victoria de la vida burguesa y pérdida de los encantos de la vida bohemia), su contenido es demasiado explícito, evidente y prosaico. Quiero encontrar una alternativa más sutil, alusiva y sugerente para darle al poema un tono más indefinido y, también, para no ponérselo tan fácil al lector.

Lo único que quiero añadir es que espero que mi poema guste a quien lo lea.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Adicción

Al principio, no le dio importancia. Primero, fueron dos o tres palabras. Al cabo de un mes, ya había pasado de las palabras a frases enteras, y las frases acabaron convirtiéndose en párrafos. Cuando quiso darse cuenta, era demasiado tarde. Nunca pudo dejarlo. Se había enganchado a la lectura.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Huésped de las nieblas

El título de esta entrada hace referencia a la obra de dos autores. Uno de ellos es poeta y el otro, novelista. Me estoy refiriendo, respectivamente, a Gustavo Adolfo Bécquer (de quien he tomado el verso con el que he titulado este texto) y a Miguel de Unamuno, algunas de cuyas obras constituyen mis relecuras de los últimos días. El primer caso trata de las Rimas, en edición de Cátedra a cargo de Rafael Montesinos. Lo primero que quiero señalar es mi decepción ante una edición tan chapucera, especialmente en lo que a los poemas se refiere: multitud de faltas de puntuación o ausencias de la misma (comas sin poner o mal puestas, etc.). En segundo lugar, el prólogo de Rafael Montesinos me resultó aburrido, desordenado, y con demasiadas valoraciones del prologuista, que omite anécdotas que pueden resultar curiosas y muy amenas (hablando de un paseo del poeta con un amigo suyo, refiere lo siguiente: "Un día, al entrar en la calle de la Justa, ven en un balcón a dos muchachas. Sobre este lejano encuentro se ha malgastado mucha tinta y se ha escrito demasiada cursilería. A estas alturas, cualquier libro que aparezca- o se reedite- en ese tono resultaría ridículo." De este modo, el prologuista comenta la anécdota, pero no la desarrolla por no ser de su gusto, con lo cual deja al lector con la mie en los labios. Si no va a revelar el desenlace de ésta, mejor sería no haberla mencionado, cosa, por otra parte, que resultaría imposible debido a que una de las muchachas del balcón acabaría siendo una de las novias que tuvo el poeta sevillano.)

La otra obra de la que quiero hablar es Niebla, una de las novelas más famosas de Miguel de Unamuno. En primer lugar, me alegra decir que me resultó una lectura deliciosa, conmovedora, cómica y trágica al mismo tiempo. Su protagonista, Augusto Pérez, es un adinerado burgués que, desde la condición ociosa propia de su categoría social, se permite reflexionar sobre el amor y la existencia mientras camina por la calle yendo detrás de cualquier persona que le parezca curiosa o llamativa. Una de esas personas resulta ser Eugenia, de la que se enamora. Pero ella ya tiene a alguien en su vida: Mauricio, un individuo gandul que se complace en vivir mantenido por Eugenia. El caso es que, finalmente, Eugenia utiliza a Augusto, haciéndole creer que se casará con él, para fugarse el día de la boda con el otro, el gandul. Augusto toma la decisión de suicidarse, y en este punto empieza lo más interesante de esta historia.

La dimensión metaliteraria surge cuando el protagonista se dirige a Salamanca para comunicar a Unamuno, autor de la ficción que se narra, su decisión suicida. El novelista le dice a Augusto que no puede suicidarse, porque no es real: es un personaje ficticio creado por el escritor Unamuno, quien, ante la rebeldía de su propio personaje, se propone humillarle insistiendo en el carácter ficticio de aquél, lo cual, a través de una interesantísima conversación entre ambos, conduce a este último al extremo de querer matar a su personaje, que es lo que acaba sucediendo.

Me quiero centrar, como consecuencia de lo dicho anteriormente, en el personaje protagonista de la obra: Augusto Pérez es un personaje complejo. Partiendo de un estado de absoluta ingenuidad y candidez, Eugenia le moverá las entrañas y hará que su cuerpo y su alma despierten al amor y a las pasiones, lo cual le hace perder la inocencia y adquirir conciencia de la maldad y la hipocresía del ser humano (especialmente, cuando, sabiéndose manipulado por Eugenia, estalla de indignación: "¡Mira, Eugenia, por Dios, que no juegues así conmigo! La fatalidad eres tú; aquí no hay más fatalidad que tú..."). Burlado, pues, en lo humano por la mujer de la se había enamorado, y en lo existencial por su conversación con Unamuno, su autoestima, tan brusca y repentinamente quebrada, le conduce a la muerte, dictada, no lo olvidemos, por Unamuno, a quien no importa someter a su criatura a todo tipo de torturas emocionales tan sólo para regodearse en su condición de creador absoluto de este universo narrativo.

Es posible que la arrogancia, crueldad y arbitrariedad con que el escritor hace morir a su personaje guarde semejanzas con la idea que el mismo autor tenía de Dios. Quizá, debido al dilema existencial sobre la fe religiosa en general, y cristiana en particular, una cuestion que le preocupó durante toda su vida, quiso escribir Niebla para sentir él mismo las mieles omnipotentes de ese Dios que le torturaba continuamente. Podemos suponer que Augusto Pérez fue concebido precisamente para servir de desahogo ante esa frustración metafísica del escritor.

Muchas son las lecturas posibles de esta obra maestra de la Generación del 98.

martes, 1 de diciembre de 2009

Destino final

La serie de películas tituladas "Destino final" me hace reflexionar sobre la fragilidad del ser humano como especie biológica. Los personajes de de estas historias mueren con una facilidad pasmosa y, de las formas más rebuscadas que nos podamos imaginar. Las frágiles vidas se deshacen como la mantequilla al lado de una estufa. Mueren atropellados por un camión, aplastados por una viga de cemento, ahogados en una piscina, rebanados por un cortacésped, aplastados por el motor de un coche...

La muerte hace que las cosas se vuelvan contra sus creadores, que son las personas. El hombre se esfuerza por inventar objetos que le hagan la vida más cómoda, pero, en un momento dado, un accidente puede hacer que esos mismos objetos sean mortales, como ocurre en "Destino final". Es curioso cómo los seres más indefensos del universo son capaces de concebir y desarrollar unas máquinas que les pueden llegar a quitar la vida, porque las máquinas son fuertes, resistentes y pesadas, pero el hombre es débil, blando y ligero.

Hasta el artilugio más insignificante puede ser motivo de temor, porque basta que se den unas determinadas circunstancias, en las que ese artilugio desempeñe la función fatídica, para que uno acabe siendo pasto de los gusanos: un lápiz, una hoja de papel, una prenda de vestir, unas gafas... Cualquier elemento de la vida diaria puede acabar convirtiéndose en nuestro verdugo. Bien es cierto que, en la película de la que estamos hablando, este asunto es tratado con evidente exageración. Pero no deja eso de ser un aviso de que, en cualquier momento y en cualquier lugar, puede llegar nuestra hora.

Somos los animales más débiles, pero, también, los más inteligentes. El problema surge cuando la inteligencia se vuelve en contra de nosotros para aniquilarnos. Toda esta cuestión está relacionada con la "inteligencia artificial", de la cual tenemos testimonios, también cinematográficos, en producciones como Terminator o Matrix. La diferencia radica en que, en estos últimos casos, no se trata de la predestinación, sino de la pérdida de control, por parte del hombre, sobre sus propias creaciones. Para enmendarse, lo que aquél tendría que hacer es controlarse más y no ser tan ambicioso ni jugar a ser un dios. Sin embargo, en el caso que nos ocupa, todo, absolutamente todo escapa de nuestro control, porque el destino, si es que existe, no lo elegimos nosotros, sino que se nos impone.