BLOG DE RAFA PARRA SOLER

De vocación, poeta, ensayista y dramaturgo.











jueves, 25 de agosto de 2011

Intervencionismo neoliberal

Esto es ya el colmo. Lo que nos faltaba: promover recortes sociales a golpe de decreto, de ley orgánica o, lo que es más grave aún, de reforma constitucional. Este es el intervencionismo estatal que interesa a los mercados, que presionan a los Estados a través del fantasma del déficit y de las amenazas de las agencias de calificación de las primas de riesgo. Esto es como intentar coger con las manos un puñado de agua. Se pretende fijar por ley un aspecto del sistema que se halla en continua fluctuación porque depende de la coyuntura económica. En épocas de recesión, como la actual, es necesario llevar a cabo algunas restricciones en el gasto para minimizar los perjuicios derivados de un posible endeudamiento. Sin embargo, en épocas de expansión económica, hay que apovechar para realizar inversiones que reporten beneficios fiscales a las arcas del Estado, y lo que ahora se pretende hacer impediría la posibilidad de maniobrar en los términos que acabo de describir respecto a los ciclos de la economía mundial.

Por otra parte, algo que habría que hacer temporalmente es recentralizar el Estado: devolverle algunas de las competencias que ahora están en poder de las Autonomías. Éstas están demostrando una evidente falta de competencia y de responsabilidad en la gestión económica de sus territorios, cosa que también ocurre, y con mayor gravedad, en los ayuntamientos, cuyas inestables fuentes de financiación les hacen depender demasiado de lo que el sector privado les quiera ofrecer, que es casi siempre algo ilegal (recalificaciones de terrenos, etc.). La unión hace la fuerza, además de aportar cohesión y sentimiento de solidaridad en aras del proyecto común que consiste, en este caso, en salir de la crisis lo antes posible. Sin embargo, este proyecto no puede pasar por fijar, por ley, un techo de gasto público. Eso sería como pretender que el Euríbor se mantuviese siempre al mismo tipo de interés.

Lo curioso, sin embargo, radica en el hecho de que Alemania, de cuyo ejemplo ha tomado la idea el gobierno socialista, tiene un tope jurídico cuyo límite está en el 0,35% del déficit público, mientras que el Pacto de Estabilidad deja un margen bastante mayor que ese (3% del PIB). En cualquier caso, se trata de un intento de intervencionismo neoliberal, una forma más de beneficiar a los mercados en detrimento de las personas que menos recursos tienen. Porque lo que muchos no entienden, o no quieren entender, es que endeudarse consiste en gastar más de lo que uno tiene, sí, pero en beneficio de los que menos tienen. Pero es que el endeudamiento existe porque existe la usura, el cobrar unos intereses, que, por otra parte, y para colmo de todas las ironías, son directamente proporcionales al grado de pobreza en que esté sumido el país de turno al que van destinadas las ayudas. Cuanto más pobre es un país, más intereses se le cobran por la deuda adquirida. Así es como funciona el FMI y todas las instituciones creadas al término de la Segunda Guerra Mundial para beneficio de los intereses norteamericanos y de todos sus secuaces capitalistas.

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