La versión cinematográfica de La voz dormida es el último ejemplo del estado de saturación, hartazgo y monotonía de este género cinematográfico que se dedica a recrear en la pantalla la corta vida de la Segunda República. No digo yo que este tipo de producciones no sean de calidad. De hecho, las últimas que yo he visto, Los girasoles ciegos y Las trece rosas, resultan conmovedoras, emocionantes y están muy bien interpretadas. Pero tanta película sobre el mismo tema ya empieza a aburrir un poco. No necesitamos más propaganda antifranquista y republicana. Pensándolo mejor, la propaganda antifranquista, en realidad, siempre es bienvenida, porque el franquismo ha sido el cáncer más dañino de la España más reciente. Sin embargo, la cuestión republicana es muy discutible, y hay mucha gente que está a favor de ella, pero también hay gente que está en contra, por la razón que sea: por defender a la monarquía, el capitalismo o el patriotismo. Y es este tipo de personas, de público, el que puede estar cansado ya de tanta película sobre el mismo asunto, teniendo en cuenta, además, que las bondades de la Segunda República tuvieron más de deseos que de realidades.
Por esta razón, opino que la industria del cine español debería empezar a diversificarse un poco, especialmente en las producciones en que se recrea una época del pasado de nuestro país. La Historia de España es lo suficientemente extensa, rica y compleja como para poder elegir: desde las guerras púnicas hasta los comuneros de Castilla, pasando por las Cortes de Cádiz de 1812 o la época de Fernando VII. Y qué decir de la Primera República, de la que nadie habla, y cuyo penúltimo Presidente, Nicolás Salmerón, dejó el poder por negarse a firmar una sentencia de muerte. Motivos como éste también merecerían recibir algún homenaje cinematográfico.
De todas las épocas de nuestra Historia tenemos los españoles mucho que aprender y otro tanto que recordar, especialmente en los tiempos que corren. Y es que, últimamente, parece que la Histora de España empieza con la Segunda República, cuando es evidente que no es así, y tanto se equivoca quien piense así como quien pretenda parecer que así lo parezca.
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¿Sabes? Yo tengo la misma sensación, Rafa...
ResponderEliminarPero no entiendo por qué cuando se hace ficción sobre la historia de España (que no es sobre la Segunda República) como pasa con Hispania (la serie de Antena 3), la gente no lo ve.
CAS:
ResponderEliminarA mí me gustan porque, gracias -por la culpa de- a mi profe de Historia del instituto (ojalá hubiesen empezado a rodar Cuéntame antes y se hubiese jubilado ese año) tengo ahí un vacío...necesito aprender, y esas pelis (manipuladoras o no) me dan una visión más gráfica de lo que pasó. Añade esa de OPUS...
Yo reitero lo que te comenté el otro día. El cine español en los últimos 5-6 años yo lo divido, grosso modo, en tres bloques principales:
ResponderEliminar1) Producciones para adolescentes, casi todas ellas puramente comerciales y de dudosa calidad cinematográfica. Comedias/dramas con mayor ("Mentiras y gordas") o menor contenido sexual ("Fuga de cerebros", por ej), pero siempre con jóvenes actores "televisivos" (Mario Casas, Ana de Armas, Hugo Silva, Amaya Salamanca, Alejo Sauras...), destinadas preferentemente a un público entre los 13 y los 18-19 años, consumidor de series como "Aída", "El barco", "El internado", "Física o química" o "Los protegidos".
2) Segunda República/Guerra Civil, por supuesto, con películas como las que has mentado más otras como "Pa Negre", todas ellas excelentes películas.
3) Buenos dramas de acción/thrillers, como "Celda 211", "También la lluvia", "Entrelobos" -éste más bien un drama naturalista- o "Eva", la última de Marta Etura, aunque esta última yo no la he visto.
Además, hemos tenido suspense con "REC" y sus secuelas; películas de historia más reciente como "23-F"; buenas comedias dedicadas a personajes de nuestra cultura popular como "El gran Vázquez" (el dibujante de cómics, interpretado por Santiago Segura); y también la tradicional bazofia sin paliativos, ejemplificada con "Torrente 4" (es decir, Segura en su versión más puramente comercial).
Es decir, que aunque hay un predominio claro de las películas sobre la II República/Guerra Civil, para mí el cine español, gusten más o menos sus producciones, ahora mismo es más que historias del período comprendido entre 1931 y 1939.