Once años después, espero que sigas descansando en paz, la misma paz con la que te marchaste. Te quiero, siempre te he querido y siempre te querré. Ojalá hubieras podido conocer a Laura. Ella te quiere mucho ya, sin conocerte. Imagínate cuánto más te querría si te hubiera conocido. Ella me cuida como me cuidabas tú, y yo la cuido a ella como te cuidaba a ti. Es la mujer de mi vida igual que tú fuiste la mejor madre del mundo: mi madre.
Profesor de enseñanza media en un instituto andaluz; licenciado en Filología Hispánica; autor del poemario "Lágrimas de veleta". Votante de Izquierda Unida (por consiguiente, ateo, republicano y anticapitalista).
No hay comentarios:
Publicar un comentario