La literatura es buena para el hombre

La palabra escrita dignifica al alma, y la letra impresa la inmortaliza. Inmortal es la vida de la fama y del honor. Eterno es el reconocimiento, aunque también lo es el anonimato, que está más extendido, puesto que son muchas más las personas que han pasado desapercibidas por el mundo frente a las que han alcanzado notoriedad. Seguramente, las primeras han sido más felices que las segundas.

En cualquier caso, la literatura es buena para el hombre, puesto que esta disciplina de las bellas artes es generadora de gozo y de riqueza, de conocimientos y de trascendencia infinita, tanto para los que leen como para los que escriben. Yo me considero lector antes que escritor. Antes, incluso, que poeta, y eso que la poesía fluye por mis venas desde mi adolescencia. Considero que no se es verdaderamente un escritor digno de tal nombre hasta haber alcanzado una formación mínimamente sólida y una visión del mundo esencialmente madura y personal, una forma de ver las cosas desde la que poder alcanzar una voz propia y un universo particular.

Pero lo importante es que la literatura es buena para el hombre. Los libros están al alcance de cualquier mano, y eso es extraordinario. Cualquier persona puede beneficiarse de las maravillas que contienen las páginas de un libro. Y eso es lo importante: más allá de que lo reconozcan a uno, el mérito está en la capacidad de reconocer a otros y aprender de ellos, porque esa es la meta más alta: el aprendizaje. Y, por esta razón, la literatura es buena para el hombre.