Así de claro. Sólo merece agobiarse quien hace las cosas mal o quien no cumple con sus obligaciones, y tú no te encuentras en ninguno de estos casos, sino todo lo contrario. Eres la mejor profesional de la enseñanza que conozco. Mereces tener el trabajo que tienes y te mereces hacer lo que te gusta, porque eres la persona que mejor lo hace.
Tu juventud es directamente proporcional a tu grado de profesionalidad: cuanto más joven, más responsable y más comprometida con tu trabajo y mucho más allá de tu trabajo. Como te dije una vez, eres la profesora más implicada en todos y cada uno de los asuntos del IES Ciudad de Algeciras. Y te digo una cosa: la Jefa y la Directora van a lamentar muchísimo tu ausencia de cara al curso que viene, porque tú eres la persona a quien recurren constantemente cuando surge algún problema en el Centro. No se fían de nadie más, porque nadie más está a la altura de las circunstancias del modo en que lo estás tú.
De modo, vida mía, que aparta los agobios de tu mente y lo dicho: que te quiten lo bailao. Ahora te toca descansar a ti y dejar que le cuelguen los marrones a otra persona, que bastante tienes tú con lo que tienes y con todo lo que has tenido que soportar en el primer instituto de tu flamante carrera docente.
Estoy muy orgulloso de ti.
Te quiero
Gracias por los ánimos pero:
ResponderEliminar1) Muchos de mis compañeros me dan cienmil vueltas en la docencia, precisamente por su experiencia.
2) No me agobio, es simplemente que estoy intentando desengancharme perlitas de mi collar de perlas, a ver si así me pesa menos devolverlo. No quiero seguir fabricando recuerdos que después me hagan llorar y llorar en la que sé ya una amarga despedida.
3) Comprometida, pues sí. Me meto -muy voluntariamente- en todos y cada uno de los marrones que surgen.
4) No creo que me echen de menos porque no creo que me aprecien como profesional. No te digo yo que no me aprecien como persona, pero creo de verdad que soy una más, eso sí, la que siempre está dispuesta a pringarse por los niños, por eso me cuelgan responsabilidades del cuello (pendientes, mediación, etc) que sumado a mis propias elecciones (teatros, tutoría, viaje, etc) pesan, claro que pesan. Pero que no me van a echar de menos, ya encontrarán a otra pringada.
5) Si alguien lee lo que has escrito lo primero que va a pensar es "vaya la pedorra ésta, qué le habrá contao al novio, va de víctima" y no es así. Yo sólo te cuento problemas de tamaño de una miga y tú me rellenas un bollo entero. No exageres.
6) "Soportar" no es la palabra. Yo he sido muy feliz aquí. Cada día pasa alguna cosa buena, divertida o entrañable por la que doy gracias de haber pasado este tiempo aquí. También pasan cosas más desagradables, pero suelen estar al margen de mi relación con los niños, que son los que merecen la pena en esta historia.
7) Soy incapaz de imaginarme el momento de la despedida -las lágrimas me vienen a los ojos con sólo pensarlo- porque LOS QUIERO. a unos más que a otros, pero estos niños han sido mi vida en estos dos últimos años, y me duele, físicamente me duele, pensar si quiera en tener que decirles adiós.
TENGO MIEDO
Gracias por el apoyo, peque. Tú mejor que nadie sabes lo que el Ciudad de Algeciras y los habitantes de dicha Ciudad significan para mí, y yo para ellos.