BLOG DE RAFA PARRA SOLER

De vocación, poeta, ensayista y dramaturgo.











lunes, 26 de diciembre de 2011

Las prioridades del nuevo gobierno del PP

“Nos debería dar vergüenza ser el país aliado que menos gasta en Defensa. Eso no puede ser”, ha declarado recientemente Pedro Morenés, el nuevo Ministro de Defensa. Efectivamente, tenemos muchos motivos para sentir vergüenza, pero no precisamente por gastar poco dinero en Defensa, a no ser que nuestras prioridades sean otras distintas de las que deben ser. Es decir, si lo que realmente nos importa es lo que nuestros socios de la OTAN, empezando por EE.UU., piensen de nuestro ejército a la hora de poder ser los primeros en acompañar a los norteamericanos en sus arbitrarias y gratuitas incursiones belicistas por Oriente Medio, entonces sí, tenemos motivos para sentir vergüenza, porque quizá nuestras fuerzas armadas no son las que deberían ser y habría que dotarlas de más recursos y destinar más gasto público a reforzar unas instituciones que tan necesarias resultan para la protección de nuestra soberanía y de nuestra integridad territorial.

Pero, si lo que realmente nos importa son los cinco millones de parados, la precariedad laboral, la creciente privatización de los servicios públicos y la preponderancia de los mercados financieros sobre las instituciones democráticas, entonces lo que realmente debería hacernos sentir un ruborizante bochorno es el hecho de ser el país de la Unión Europea que menos gasto público destina a partidas tan importantes como sanidad, educación, pensiones, dependencia e investigación. Es ésta una cuestión que los miembros del nuevo gobierno del PP deberían plantearse o replantearse, especialmente el nuevo Ministro de Defensa, don Pedro Morenés, autor de tan inquietantes declaraciones. Por indignantes que resulten, aquellas obedecen una cuestión de prioridades, y está muy claro que las del nuevo gobierno no van por los derroteros del bienestar ciudadano, sino por recuperar el prestigio nacional en el marco internacional de las relaciones atlánticas (OTAN) y devolver a los mercados y al sector privado la importancia que, según ellos, les corresponde en términos de creación de riqueza y productividad.

La potencial hipocresía que empieza a poner de manifiesto este nuevo gobierno consiste en que no es que se vaya a reducir el gasto público, sino que se va a emplear en reforzar los sectores que realmente son importantes para nuestros nuevos gobernantes, empezando por el Ejército, que tiene que estar listo para cuando EE.UU. nos llame para volver a invadir Irak o Afganistán. Y esto tiene un nombre: keynesianismo de derechas.

Cuando sean nuestros soldados españoles los primeros en aparecer tras los escombros provocados por las bombas norteamericanas, entonces habremos recuperado del todo el prestigio internacional que Zapatero nos arrebató cuando retiró las tropas de Irak y cuando se quedó sentado en el desfile de las Fuerzas Armadas, el mismo prestigo que al señor Aznar tantos gestos de adulación le costó conseguir cuando gobernaba, y que ahora vamos a recuperar gracias a los nuevos sucesores del gran patriota de la democracia española.

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