BLOG DE RAFA PARRA SOLER

De vocación, poeta, ensayista y dramaturgo.











jueves, 4 de marzo de 2010

Taquicardia


Los latidos del corazón se mezclan con la poesía de Garcilaso hasta hacerla casi desaparecer. A la altura de la Égloga I, te notas ya demasiado tenso, y llega un punto en el que los 421 versos con Salicio y Nemoroso se vuelven irrelevantes frente a lo que te está sucediendo. Procuras no hacerte caso a ti mismo, pero, precisamente por eso, porque se trata de ti y de tu propio cuerpo, empiezas a ponerte nervioso, muy nervioso, y a perder el control. Aunque ya has pasado por esto en otras ocasiones, reconoces que no es normal. No te entra el pánico, pero tampoco te puedes tranquilizar. Al contrario: la tensión, gradualmente, se va apoderando de ti...


Al final te acabas tranquilizando, pero lo cierto es que has pasado un rato desagradable. Hablas con tu padre y con tu novia; te desahogas; lloras; hablas y te consuelan pero, madre mía, qué mal rato he pasado. ¿Por qué me ha sucedido esto? ¿Habrá sido el café?


4 comentarios:

  1. Mucho ánimo. Por suerte nunca lo he vivido, pero como ya sabes últimamente tengo un caso de taquicardias muy cercano, y sé que se pasa realmente mal.

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  2. Rafa, tila alpina, que es muy buena y es natural ;)
    ¡Ánimo y besos!

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  3. Menos café y más poesía.Pero tranquilo, yo te cuido.

    ¿Y mi "Oda a la sopita caliente"?

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  4. Como dice Espe, creo que deberías empezar por cambiar el café por la tila. Porque desde luego el café te mantiene despierto pero no es, precisamente, el mejor relajante para los nervios.

    Luego ya veremos cómo evoluciona la cosa, pero no estaría mal que comenzaras por ahí.

    Un abrazo, opositor.

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