BLOG DE RAFA PARRA SOLER

De vocación, poeta, ensayista y dramaturgo.











miércoles, 21 de abril de 2010

Cuando los premios literarios le hacen a uno ser consciente de lo ignorante que es

Existen determinados galardones en el ámbito de la literatura que a a algunos filólogos no nos dan más que motivos de avergonzamiento. Esto es así debido a que, en muchas ocasiones, los galardonados son autores a los que nosotros, como hispanistas, deberíamos conocer, pero desconocemos o les desconocíamos antes de que les otorgaran los mencionados honores. Es el caso del nuevo Premio Miguel de Cervantes, que ha recaído este año en el escritor mexicano José Emilio Pacheco, poeta, novelista, ensayista y traductor. Esta mañana, en la cocina de mi casa, estaba mi padre viendo las noticias por la televisión. Yo estaba en el salón, y de repente de la televisión de la cocina me vienen al oído unas palabras sobre un poeta. Inmediatamente, yo me levanto del sofá y me dirijo a la cocina para preguntarle a mi padre de quién están hablando en las noticias. Me responde que se trata del nuevo Premio Cervantes. Ante las imágenes que ofrece la televisión del galardonado, le pregunto a mi padre: "¿Quién es?"
- ¿Es que tú no lo sabes?- me responde con un tono como dando por hecho que yo, como filólogo, tendría que saberlo-.

- Tampoco sabía nadie quién era Orham Pamuk hasta que le dieron el Nobel, ¿no?

Y es esto, precisamente, a lo que me refiero: cada año, galardones tan importantes como el Premio Nobel y el Cervantes nos dan a conocer a escritores de quienes no hemos oído hablar en nuestra vida, y eso nos hace sentir que no somos dignos de esa cartulina que tenemos en forma de documento firmado por el Rey y por el Rector de la Universidad que certifica que hemos estudiado, precisamente, Filología Hispánica. El asunto del Nobel puede ser comprensible en nuestro caso, puesto que, si se lo conceden a un autor... finlandés, por poner un ejemplo, pues es evidente que nosotros no tenemos por qué conocer a ese señor. Pero cuando se dan casos como éste, en el que un autor en castellano sale a la luz y no tenemos ni idea de quién es, a algunos se nos cae la cara de vergüenza. Porque da igual que intentemos estar al día de todos los autores y de todas las obras, aunque sólo sea por nombres y títulos. La literatura es un objeto inabarcable, y los que no somos unos genios sólo podemos llegar a poseer un conocimiento parcial de la disciplina. Aunque tengamos el título de licenciados en filología.

3 comentarios:

  1. Pues a otros no se nos cae ná. No me preocupa en absoluto. Hasta que no te lo den a ti, no me preocupa. He dicho.

    ResponderEliminar
  2. Yo tampoco lo conocía, ni a muchos tantos. No creo que en esto tenga nada que ver el título de filología. Depende del entusiasmo y de las ganas de aprender de cada persona. Personalmente, como filólogo, se me cae la cara de vergüenza de no haber dado a los grandes autores de la literatura en la carrera y sí de haber dado aspectos tan concretos que podrían ser motivo de tesis.

    ResponderEliminar
  3. Tengo una necesidad: abrazarte.

    ResponderEliminar