BLOG DE RAFA PARRA SOLER

De vocación, poeta, ensayista y dramaturgo.











miércoles, 27 de abril de 2011

Hablar por hablar

Parece que la señora María Dolores de Cospedal todavía no se ha enterado de que los puestos directivos de TVE se votan en el Congreso de los Diputados. También da la impresión de que la Secretaria General del Partido Popular no ve mucho estos canales de televisión, porque, si lo hiciera, no acusaría a sus directores, esos mismos que votaron, entre otros, los diputados del PP, de ser tendenciosos en la emisión de sus programas informativos.

Si esta señora fuese espectadora habitual de programas como 59 Segundos, posiblemente se lo habría pensado un par de veces antes de acusar a TVE de ser la plataforma mediática del PSOE, o poco menos que eso. Pocos espacios televisivos de debate político pueden presumir de la pluralidad ideológica que cada miércoles se ve representada y respaldada en este programa presentado por la excelente María Casado, que, como sus antecesoras, (una de las cuales, por cierto, Ana Pastor, es el otro personaje protagonista en liza de este asunto) conduce cada debate desde la más estricta neutralidad y procurando que todos los contertulios tengan el mismo número de oportunidades para expresar sus opiniones. De hecho, por el foro de 59 Segundos, desde sus comienzos en 2004, han pasado representantes políticos de todas las tendencias, desde la extrema derecha del antiguo Nacho Villa, director de informativos de la Cadena Cope, pasando por personajes como Miguel Ángel Rodríguez, antiguo portavoz del PP, hasta izquierdistas radicales como Enric Sopena y Carlos Carnicero.

Si esto no es hacer gala de pluralidad ideológica y objetividad informativa en los telediarios y programas de la cadena de la televisión pública que pagamos todos los españoles, que venga la señora Cospedal y lo compruebe con sus propios ojos (nunca mejor dicho), porque parece que aún no se ha dignado a hacerlo cuando dice las cosas que va diciendo en las plataformas audiovisuales a las que, precisamente, ella acusa de favorecer informativamente los intereses partidistas de Zapatero y sus seguidores.

Lo que ocurre es que estamos en periodo electoral, y, en estas circunstancias, a algunos políticos lo único que se les ocurre es hablar por hablar con la intención de obtener unos cuantos votos. Lo extraño del caso es que la demagogia proceda, en este caso, de una figura carismática y elegante como es la señora De Cospedal, una mujer inteligente que no necesita recurrir a la calumnia y a la difamación y que, sin embargo, ha cometido la torpeza, la necedad, la estupidez y, sobre todo, el ridículo de hacerlo. Ridículo mostrado en el hecho de emitir las susodichas acusaciones sin dar ni esgrimir un solo argumento, ni un sencillo ejemplo, del supuesto sesgo infomativo característico de la televisión pública española gobernada por el PSOE.

A la señora De cospedal no solo no le beneficia lo que ha hecho, sino que además, y por el contrario, se ha hecho un flaco favor a sí misma dejándose en evidencia. Y no le hacía ninguna falta tropezar con esta embarazosa piedra. Entre otras razones, porque los socialistas lo están haciendo tan mal, especialmente en materia económica, que la victoria en las próximas elecciones va a caer por su propio peso, seguramente, del lado del partido de Aznar y Rajoy.

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