BLOG DE RAFA PARRA SOLER

De vocación, poeta, ensayista y dramaturgo.











jueves, 26 de mayo de 2011

El último gesto "socialista" de Monteseirín

No podía haber sido de otra forma: como buen socialista, el alcalde de Sevilla en funciones, Alfredo Sánchez Monteseirín, ha querido, hasta el último momento de su mandato, dar buena muestra de su fidelidad al ideario socialista homenajeando a esa proletaria desposeída llamada Cayetana Fitz James Stuart, a quien se le ha dedicado una estatua que los Jardines de Cristina exhibirán con orgullo a partir de ahora. Por mucha pasión por Sevilla que sienta la Duquesa de Alba, hacerle un homenaje a esta figura tan representativa de la más rancia aristocracia terrateniente en los tiempos de crisis y conflictividad social que estamos viviendo me parece de una frivolidad insultante, una burla y una falta de respeto hacia los ochenta mil parados que hay en Sevilla y, por extensión, a los cinco millones de toda España. Es la historia de siempre: todos los reconocimientos y honores son patrimonio, ya de por sí extenso, de los privilegiados, mientras que los más desfavorecidos, los más débiles y los que menos tienen pasan por la vida sin pena ni gloria (mejor dicho, con todas las penas y sin ninguna gloria).

Cualquier otra persona con algún mérito histórico o político de relevancia podría haber sido una plausible alternativa para la rendición de este tributo. Por ejemplo, los arquitectos y jardineros que idearon y levantaron este espacio denominado, originariamente, Salón de Cristina, en honor, una vez más, a una persona tan poco merecedora de tales preces como la última mujer de Fernando VII, que tanto bien hizo por España. Melchor Cano, Claudio Boutelou y José Manuel Arjona (arquitecto, jardinero y asistente de la ciudad, respectivamente) son nombres que sí merecerían pasar a la eternidad de la piedra esculpida en calidad de artífices del Salón reconvertido en Jardines de la susodicha consorte fernandina. Y, sin embargo, ahí estaba nuestro todavía alcalde socialista haciendo gala de sus ideas políticas como mejor sabe: concediendo honores a quienes más se los merecen, en consonancia con el famoso principio marxista: "de cada cual, según su capacidad, y a cada cual, según sus necesidades." Y la Duquesa de Alba, tan necesitada como está de más posesiones y más títulos, pues se llevó el homenaje (no le vaya a faltar de nada a esta venerable anciana, que lo tiene casi todo).

Para tener que aguantar políticas sociales como éstas, es mejor tener gobernantes que actúen con más transparencia y con menos hipocresía.

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