BLOG DE RAFA PARRA SOLER

De vocación, poeta, ensayista y dramaturgo.











miércoles, 11 de julio de 2012

El desorden cotidiano (19)

Como profesor, educador y padre en potencia, Augusto era partidario de poner en practica lo que popularmente se conoce como "bofetada dada a tiempo". Él la había recibido de su padre y le fue muy bien. El padre de Augusto era la persona más cariñosa, generosa, detallista y atenta del mundo, pero, cuando había tenido que ponerse firme con sus hijos para enseñarles lo que está bien y lo que está mal, lo que se puede y lo que no se puede hacer, lo había hecho con oportunidad y comedimiento. Y Augusto siempre le agradecería eso, y, muy especialmente, aquel primer tortazo (que conste que no fueron muchos más: solo los precisos) totalmente justificado ante un improperio verbal que Augusto, siendo muy pequeño, había soltado por su boquita contra un niño de la urbanización en la que vivían, y con el cual el hermano mayor de Augusto se había peleado. Su padre había decidido acudir al lugar donde estaba aquel niño para tratar el asunto, y Augusto quiso acompañarle. Cuando su padre le dijo al niño unas edificantes palabras para que no se repitiera el incidente, Augusto, viéndose al lado de su querido padre, se creció, se envalentonó y le soltó al niño una bravata de lo más grosero en forma de amenaza, la cual acababa con la frase "te pego una hostia que te vas al cielo". En ese momento, su padre le llamó y le dijo que se acercara. Entonces, Augusto vio acercarse a su cara, a la velocidad del rayo, una enorme manaza que impactó en una de sus mejillas (Augusto no recordaba cuál de ellas) con un estrépito y una fuerza lo suficientemente grandes como para hacer que Augusto aprendiera la primera lección de su vida: ¡niño, no digas palabrotas!

Cuando la sociedad española se regía con cierta lógica, este tipo de cosas eran lógicas, razonables, necesarias y, por eso mismo, estaban bien vistas. Hoy día, un padre puede ser denunciado por su hijo tan solo por querer educarle como es debido.

2 comentarios:

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    1. ¿Para que no dijeses palabrotas o para que no te pusieses chulo?
      Si el chaval se había peleado con tu hermano mayor y tú vas y lo amenazas, ¿si te pilla a solas, qué te hace?

      Una buena guantá (con o sin manos) a tiempo evita muchas lágrimas...estoy de acuerdo...




      Los niños de hoy en día están desgobernados.
      ¿La culpa es de los padres? ¿Son todos iguales? ¿éramos así y no nos acordamos? ¿es una epidemia? ¿tiene cura? ¿nos dejará Rajoy jostiarlos como en tiempos de Franco (medida arriba, medida abajo...)?

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