BLOG DE RAFA PARRA SOLER

De vocación, poeta, ensayista y dramaturgo.











miércoles, 11 de abril de 2012

Anatomía de un suicidio

Evidentemente, el brazo ejecutor fue él mismo, puesto que todo suicidio, por definición, constituye un acto reflexivo (uno se lo hace a sí mismo). Sin embargo, ahí acaba su responsabilidad dentro de lo que ocurrió. Porque, en la cadena de los hechos, esto es, dentro del marco de la lógica en que hay que ubicar esta tragedia, los instigadores fueron elementos ajenos a la víctima: fueron ellos los que la condujeron a la situación desesperada en que aquella se vio empujada a tomar la decisión de acabar con su propia vida.

El autor intelectual fue el FMI, y los intermendiarios, el BCE, el tandem Merkozy y el títere de turno. En este caso, Lucas Papademos. Ellos provocaron la eutanasia al despojar a la existencia de un pobre jubilado de toda su dignidad y de todo lo que tenía, que, visto lo visto, no era mucho, porque, cuando le quitaron la pensión, se quedó con una mano delante y otra detrás, y a la más desamparada y hostil de las intemperies provocadas por los trapicheos de los mercados financieros, de la prima de riesgo y del déficit público.

Las pretensiones deshumanizadoras de la economía global ya están empezando a dar sus frutos.

1 comentario:

  1. CAS:

    Al menos hay un culpable claro y evidente a quien poder señalar sin que nadie te juzgue por hacerlo.
    Yo no puedo permitirme señalar sin señalarme, pese a mi pensar, pese a mi pesar...

    Lo siento, es un tema muy difícil.

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