Tu enigma entrecruzado
de piernas está oculto
detrás de la evidencia
desnuda de tu cuerpo.
Lo pones muy difícil
y, a la vez, muy sencillo.
Solo hay que abrir tus piernas
para hallar el deleite
que escondes allá dentro.
Mas cómo conseguirlo,
cómo he de convencerte
para que me las abras
precisamente a mí.
Cómo he de engatusarte
para que me poseas
con tus piernas de araña,
cómo he de persuadirte,
carnívora y salvaje
pantera de la jungla,
para que tú devores
mi miembro masoquista
que busca que lo mates
a zarpazos ardientes
y dentelladas húmedas.
Cómo hacer que me comas,
que me tritures todo,
que le arranques gemidos
salvajes a mis partes,
que ya están preparadas,
tensas y firmes para
recibir tu embestida
y entregarse al banquete
de tu boca afilada
y tu cuerpo ondulado
por el voraz deseo
de mi sumisa carne
domingo, 29 de abril de 2012
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