BLOG DE RAFA PARRA SOLER

De vocación, poeta, ensayista y dramaturgo.











martes, 15 de febrero de 2011

Demian

Demian es el tipo de novela que a mí me gusta leer. Sin acciones banales ni descripciones aburridas: ese tipo de ficción intelectual que aúna filosofía y arte, pensamiento y estética. Ese tipo de lecturas que me hacen ensanchar mis horizontes vitales y existenciales, que aportan esa trascendencia enriquecedora que tanto buscan mis ansias de conocimientos.

No sólo me gusta por lo anteriormente comentado, sino porque, además, creo que el contenido ideológico de esta novela es profundamente verdadero y revelador: la religión cristiana, y, especialmente, la católica, solo nos ofrece una visión sesgada de la realidad. Se nos priva de lo que es más consustancial a la naturaleza de la que formamos parte: la sexualidad, de la que proceden, por otra parte, casi todos los males proscritos por la moral católica.

Y la sexualidad es solo un ejemplo representativo de ese afán por simplificarlo todo hasta reducirlo al extremo conceptual de la dicotomía del Bien contra el Mal, o conmigo o contra mí. El joven protagonista de la novela, Emil Sinclair, en su afán reflexivo, consigue alcanzar un estado de superación gracias a la influencia determinante tanto de Max Demian como de Pistorius.

Me encantan los afanes de Sinclair. Se trata de una actitud con la que me identifico mucho: él se hace preguntas sobre todo cuanto le rodea, y recibe ayuda de otros con los que se cruza en su vida (en este caso, Demian y Pistorius), quienes le enseñan el camino que conduce a todas las respuestas. Además el protagonista no se deja manipular, sino que mantiene su personalidad y su manera de pensar, enriquecida por el pensamiento y la sabiduría de los demás, lo que le hace llegar a sus propias conclusiones, que bien pueden tomar el nombre de Abraxas, y quien conozca la novela, sabe a qué me refiero.

1 comentario:

  1. Pinta bien...¿crees que me gustaría?
    Tal vez aprendiese algo sobre los personajes, pero mi radicalismo de blanco o negro no se cura.
    Ains, Pitu...
    Respecto a la religión, creo que me gustaría vivir en la época en que se adoraba a distintos dioses, porque había más días de fiesta, y un amplio catálogo para escoger...
    Es más, creo que me hubiese gustado ser una diosa griega o algún personaje mitológico...
    Sí, me he quedado "cogía" con el trabajo, ya se me pasará...

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