BLOG DE RAFA PARRA SOLER

De vocación, poeta, ensayista y dramaturgo.











miércoles, 23 de febrero de 2011

Desde la celda de Bécquer, a través del ebook

La lectura en cuestión ha sido, en este caso, lo de menos. Lo importante ha sido mi estreno como lector en este revolucionario y tecnológico formato. La prosa de Bécquer (Cartas desde mi celda) no pasa de mera anécdota: bella, sí, pero aburrida(demasiadas descripciones. Si, al menos, estuvieran en forma de verso...). De momento, lo que no seran las rimas y leyendas, no me convence. Estoy a la expectativa en cuando a las Cartas literarias a una mujer.

Os preguntaréis cómo es eso de leer en libro electrónico. Pues es un poco raro, sobre todo al principio. Cuesta adaptarse. Pasar de la materialidad del libro tradicional, con todos sus encantos (el tacto del libro, el sostenerlo, sentir su volumen, su geometría, sus cuatro ángulos, la suavidad de pasar las páginas, que es como acariciar a la persona amada...); pasar del prestigio, de la institucionalidad y del carisma del negro sobre blanco, a la frialdad antiestética del libro digital, por práctica y cómoda que resulte, es como pasar de la máquina de escribir al ordenador, o del manuscrito a la máquina de escribir, o del códice a la imprenta, o de la calesa al descapotable. Se trata del dilema de siempre: tradición frente a innovación. Pero innovar, a veces, conduce al abandono de elementos tradicionales cargados de valores estéticos, sentimentales, históricos y monumentales.

No estoy criticando al libro electrónico. Lo que hago es defender al libro tradicional. De hecho, el libro electrónico ofrece unas comodidades infinitas, empezando por la capacidad de almacenar cientos de textos, muchos más de los que algunos seremos capaces de leer a lo largo de toda una vida. De hecho, ahora que lo pienso, no tiene por qué suceder que este nuevo formato suplante al formato de siempre. Yo creo que se pueden complementar perfectamente, y de mil formas distintas, combinando multitud de criterios. Por ejemplo, un libro del que solo te guste lo que dice, su mero contenido, lo puedes leer perfectamente en el ebook, mientras que una obra que te fascine, que te haya marcado, la puedes lucir en el hueco más destacado de tu biblioteca y disfrutar de su lectura con todos los encantos de su tacto y de su olor.

¿Estamos ante el principio del fin del libro de papel? Yo creo que no. O, al menos, espero que no. Si en otros terrenos de la vida, de nuestros hábitos y costumbres, lo ideal es llegar a un equilibrio entre tradición y modernidad, en el caso de los hábitos de lectura y aprendizaje se puede aplicar el mismo principio, de manera que los amantes de la lectura nos beneficiemos de las ventajas de ambos soportes del conocimiento y de la belleza.

1 comentario:

  1. Bien!!!
    Una entrada que entiendo y de la que puedo opinar sin sentirme chiquitita a tu lado...

    1º) El e-book te lo regalé yo con todo mi amor y me gusta que , al menos, lo intentes.

    2º) No es lo mismo, lo sé. A mí me encanta tener libros MÍOS para subrayarlos y hacerles anotaciones -verás cuando te preste Hamlet- y ponerles banderitas de colores a las páginas importantes.

    3º) ¿Qué pasa con los marcapáginas? Jus, con lo chulis que son...

    4º) Ojalá fuesen más baratos para poder pedirle a mis alumnos que comprasen uno y descargarles cositas cada día que complementasen mis explicaciones y sobre todo para las lecturas en el aula...me cuesta la misma vida que se gasten 10 pavos en literatura juvenil...

    5º) Desde que lo viste a aquel tío del avión quisiste uno...dentro de dos días serás tú el tío del avión que presuma de llevar más de 20 kilos de literatuta como equipaje de mano sin haber pagado un euro de más...

    6º) TE QUIERO

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