BLOG DE RAFA PARRA SOLER

De vocación, poeta, ensayista y dramaturgo.











martes, 7 de junio de 2011

La madre de Gorki

De la mano de Pelagia y de su hijo Paul Vasslov, he realizado, a mis treinta años, mi primera incursión por los derroteros de la literatura rusa. Sí, ya sé que la precocidad no ha sido una de mis virtudes, pero más vale tarde que nunca, ¿no?

Máximo Gorki nos cuenta una historia entrañable y apasionada. Lo entrañable viene de la mano de la relación maternofilial de una madre hacia su hijo y viceversa, con toda la ternura e intimidad implícitas, expresadas en un círculo afectivo de solidaridad, admiración, comprensión y respeto mutuos. La pasión, por su parte, viene dada por la situación social de los obreros rusos de la época zarista inmediatamente anterior a la Revolución de 1917. Se trata de una pasión revolucionaria y contestataria tan legítima y dignamente expresada como posteriormente desvirtuada por el llamado "realismo socialista" de cuño estalinista, que nada tendrá que ver con el mensaje de justicia y verdad redentoras que Gorki nos quiere transmitir.

Me quedo con dos pasajes especialmente intensos y emotivos de la novela. El primero de ellos se corresponde con la descripción de la manifestación del Primero de Mayo, cuyos orígenes, curiosamente, se remontan a las primeras muestras del escaso movimiento sindical norteamericano. En esta escena de la obra se despliega toda la simbología proletaria, desde la izada de la bandera roja hasta los cánticos de la Internacional, todo ello erigido, en actitud retadora, como símbolo de la resistencia contra el sistema de explotación capitalista del régimen zarista ruso.

El otro gran pasaje que articula la trama novelística es el del juicio contra los rebeldes del 1 de mayo, entre los cuales figura Paul, el audaz ídolo de masas e hijo de La Madre, ese gran personaje que va experimentando un cambio progresivo desde la muerte de su marido, que la maltrataba y hacía de ella una ama de casa sumisa, amargada e ignorante, hasta su conversión, por obra y gracia de su hijo y los camaradas de éste, en una mujer instruida que, en su proceso de toma de conciencia social e intelectual, incluso aprende a leer, y que acaba uniéndose a la causa redentora del proletariado, al que pertenece.

Máximo Gorki consigue retratar, con honestidad y exactitud, una época plagada de desigualdades y de injusticias que dan lugar a la lucha de clases contemporáneamemente diagnosticada por Marx, pero descrita, en este caso, con esa ponderación ética y estética que definen una obra maestra y que la diferencian de cualquier panfleto de contenido sectario, como pudiera ser considerado, desde una perspectiva actual, el contenido del Manifiesto Comunista.

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