BLOG DE RAFA PARRA SOLER

De vocación, poeta, ensayista y dramaturgo.











miércoles, 17 de julio de 2013

El desorden cotidiano (61)

Augusto, como profesor que era, tenía sus opiniones sobre el oficio. Algunas eran favorables y positivas, pero otras eran bastante negativas.
 
Entre sus opiniones negativas, estaban las siguientes:
 
"Por mucho que nuestro oficio haya caído tan bajo, y por mucho que la transmisión de conocimientos se haya visto tan tristemente desplazada frente a la prioridad que han ido adquiriendo aspectos del proceso educativo que, en un principio, poco o nada tienen que ver con las auténticas obligaciones en el cometido del profesorado, y por muy vaciado de contenidos conceptuales que haya quedado el panorama curricular de la Enseñanza Secundaria, siempre habrá algo que enseñar, por poco que sea."

"Puede que seamos niñeros, psicólogos, trabajadores sociales y chupatintas antes que lingüistas, matemáticos, biólogos o historiadores, pero es que lingüistas, matemáticos, biólogos e historiadores es lo que nosotros somos, y queremos seguir siendo. Y la vida está hecha de palabras, de números y de seres vivos, además de tener un pasado, un presente y un futuro. Y los adolescentes tienen que conocer todas estas cosas de una u otra manera, lo cual me conduce a pensar que no está todo perdido y que podemos remontar y devolver a los conocimientos, a los saberes científicos y humanísticos, la importancia que merecen y el protagonismo que exigimos que se les otorgue tanto en los planes de estudio como en el funcionamiento de los centros educativos."

"Porque es muy triste y muy frustrante que de lo que menos se hable en los institutos sea de los conocimientos, de las disciplinas que imparte cada profesor, y de la manera de impartirlas. Se habla más de reuniones, de tutorías, de rellenar papeles y de hay que ver cómo se ha portado hoy Fulanito en mi clase, que le he tenido que expulsar."
 
Hasta aquí, las opiniones negativas de Augusto. Sin embargo, él albergaba, también, la esperanza de que pudiera llegar algún día en que el concepto de enseñanza se recuperase y se dignificase:
 
"La enseñanza se basa en los conocimientos, porque, si no hay conocimientos que transmitir, no hay enseñanza que llevar a cabo. Es una cuestión semántica y gramatical: enseñar es un verbo transitivo que requiere un complemento directo para completar su significado. Y esto significa que no se puede enseñar sin más o sobre la nada: siempre se enseña algo. Y, aunque sea ese, el rincón de un pronombre indefinido, el lugar al que el saber y la cultura han sido apartados por los demás factores, todos ellos extraescolares y extraacadémicos, por culpa de las nefastas políticas educativas de los distintos gobiernos socialistas del pasado, aún estamos a tiempo de recuperarlo, de rescatar a la cultura y sentir el placer de transmitirla, de explicarla, de hacerla entender y disfrutar tanto como la entendemos y disfrutamos nosotros."

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