BLOG DE RAFA PARRA SOLER

De vocación, poeta, ensayista y dramaturgo.











martes, 23 de julio de 2013

El desorden cotidiano (76)

Qué diferencia, se preguntaba Augusto, existe entre realismo mágico y el fenómeno del boom en la novela hispanoamericana contemporánea... ¿Se trata, acaso, del mismo dilema terminológico que existe entre Modernismo y Generación del 98 en el caso de la literatura española?

El realismo mágico es una cuestión básicamente estética, propiamente literaria. El fenómeno del boom, en cambio, pertenece al ámbito de la sociología de la literatura. Atañe, sí, a esta última, pero de forma externa. No trata de la novela en sí, sino de la obra como objeto de consumo, como fenómeno editorial. Se puede decir que el realismo mágico está en la órbita del boom, y que el boom es un producto del realismo mágico (de hecho, es el triunfo de esta corriente narrativa), porque es el desarrollo de este movimiento el que origina una producción de novelas de altísima calidad que no se basa en una tradición autóctona (la narrativa hispanoamericana anterior había sido escasa y mediocre).

El realismo mágico no parte de una tradición literaria propia, pero los asuntos que trata sí son autóctonos. Los autores de este subgénero narrativo alcanzan una visión de su mundo hispanoamericano que trasciende la dicotomía entre lo europeo y lo americano, la civilización y la barbarie. Estos escritores aúnan su formación académica, de carácter occidental, con sus orígenes americanos. Y, desde esa plataforma de sincretismo cultural, alcanzan a descubrir aquello que les es propio y que les otorga su identidad. Acceden a una dimensión en la que se descubren a sí mismos: un ámbito de la estética que les hace ser totalmente originales e innovadores. Y ese resquicio es explotado por ellos con suma brillantez. Tanta, que, desde los años sesenta (La ciudad y los perros, Cien años de soledad...), adquieren un protagonismo casi exclusivo en el panorama novelístico mundial.

Augusto llegaba a la conclusión de que el fenómeno del boom, en suma, se debe al realismo mágico, que es el elemento que dota a Hispanoamérica de personalidad literaria propia en el ámbito del género narrativo contemporáneo. La lectura de los manuales de José Miguel Oviedo, su historiador y crítico de cabecera respecto a estas cuestiones, le habían ayudado y orientado con mucho acierto.

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